miércoles, 19 de octubre de 2011

Contra el cancer de mama

Vía Sina.
¿Qué esperan los ministerios de salud para convertir la lactancia materna en una de sus prioridades? La lactancia previene el cáncer de mama.


La Asociación Española contra el Cáncer (AECC) acaba de celebrar, el 19 de octubre el Día Internacional contra el Cáncer de Mama, una fecha importante de la que todos los medios se han hecho eco porque el cáncer de mama es la segunda causa de mortalidad femenina en España.
Más de 16.500 mujeres son diagnosticadas anualmente de esta enfermedad. El 80% de ellas lo supera tras duros tratamientos.
Se nos informa continuamente sobre la importancia de la prevención: ejercicio, dieta, evitar el tabaco… pero se olvidan de algo efectivo para miles de mujeres y gratuito: la lactancia materna.
Carlos González, pediatra, experto en lactancia materna y autor de “Un regalo para toda la vida”, “Bésame mucho” y “Mi niño no me come”, explica en este contundente artículo que la lactancia puede evitar un 11% de casos y que
las mamografías son discutibles, recuerda el negocio que hay detrás de la alimentación artificial de los bebés, recrimina a las autoridades su estrategia centrada en radiografías y les demanda que apoyen a las madres que desean optar por la lactancia desde todos los frentes.
El artículo se titula “La lactancia evita el cáncer de mama” y fue publicado hace dos años en la revista Única, que ya no se edita:
Por cada 12 meses más de duración media de la lactancia materna, se podrían evitar, en los países desarrollados, 50.000 casos de cáncer de mama al año, un 11% del total, según los resultados de 47 estudios realizados en 30 países por el Grupo de Colaboración sobre Factores Hormonales en el Cáncer de Mama.
Las autoridades sanitarias luchan desde hace décadas contra el cáncer de mama. Al principio se aconsejaba la autoexploración, ¿se acuerda? Hace ya mucho que se demostró que no sirve para nada.
Ahora se promocionan las mamografías periódicas. Su eficacia es muy discutida, pero al menos algunos expertos creen que pueden servir para algo. No para evitar el cáncer, sino para detectarlo pronto y poder curarlo, lo que los médicos llamamos “prevención secundaria”.
Se dedica mucho dinero a realizar cientos de miles de radiografías, a formar a cientos de especialistas que las practican, a escribir cartas que recuerdan a las mujeres que ya les toca la prueba. Y cuando en esas radiografías se detecta algo no es el fin, sino apenas el principio de años de duros tratamientos, muy costosos para el sistema sanitario, enormemente angustiosos y dolorosos para las pacientes, sin éxito asegurado.
En cambio, la lactancia es una “prevención primaria” de miles de mujeres que se evitarían así la biopsia, los efectos secundarios de la medicación, los riesgos de la intervención… jamás tendrían cáncer. De momento es la única estrategia conocida y aplicable para prevenir el cáncer de mama (tener muchos hijos también ayudaría, pero hay que reconocer que no es tan fácil de aplicar).
Sólo por eso, por prevenir el cáncer de mama, deberían los gobiernos gastar millones en ayudar a las madres lactantes, impulsar los hospitales amigos de los niños, formar a los profesionales, alargar el permiso de maternidad… Pero es que además la lactancia materna previene el cáncer de ovario, la osteoporosis y la anemia en la madre. Y todo esto es apenas nada comparado con los efectos sobre la salud del bebé.
¿Qué esperan los ministerios de salud para convertir la lactancia materna en una de sus prioridades?
Pero (siempre hay un pero), el aumento de la duración de la lactancia significaría que casi ningún niño tomaría el biberón. Hace mucho tiempo, cuando aún había pesetas, los niños españoles consumían cada año unos 20.000 millones de pesetas en leche de biberón. La realidad es que la lactancia materna es buena para la salud de todas, pero es mala para la economía. De algunos.
Carlos González
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Artículo “La lactancia evita el cáncer de mama” publicado hace dos años en la revista Única, que ya no se edita.


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