sábado, 30 de julio de 2011

Beneficios del colecho en niños mayores de un año


Sabiendo que muchos padres dudan si permitir a los niños dormir con ellos en la misma cama debido a posibles consecuencias futuras, un estudio se ha dedicado a investigar los beneficios del colecho en niños mayores de un año, llegando a la conclusión de que compartir la cama no lleva a problemas conductuales ni de aprendizaje más adelante.

Son muy variadas las opiniones de las asociaciones de pediatría respecto al colecho, especialmente en bebés recién nacidos, menores de un año, con respecto al riesgo asociado de muerte súbita. Sin embargo, no se ha investigado en profundidad en lo que respecta a las consecuencias en el desarrollo en niños de uno, dos o tres años.

Los autores del estudio no hallaron una relación entre los bebés que comenzaban a caminar que compartían cama y el inicio de problemas cognitivos o conductuales para los cinco años.

Por el contrario, notaron que los niños pequeños que se duermen solos tienden a dormir más inquietamente, mientras que los que duermen acompañados tienen un mejor sueño.

Desde luego, un sueño de buena calidad, a la larga, tiene un impacto sobre los problemas conductuales y cognitivos posteriores. Por tanto, si el niño duerme mejor en compañía de sus padres, esto implica un beneficio en su desarrollo.

Es cierto que hay niños que están acostumbrados a dormir solos y duermen muy bien, pero podría ser aconsejable el colecho en aquellos niños que tienen dificultad para dormir de forma continuada por las noches.

Un mejor sueño en los niños repercute en el sueño de los padres y, lógicamente, en su desarrollo. Los investigadores concluyeron que “compartir cama no es necesariamente algo que desaconsejar. En realidad puede ser algo positivo. Se trata de averiguar cómo hacerlo”.

martes, 19 de julio de 2011

Lactancia Materna después de una cesárea

Por IBONE OLZA FERNÁNDEZ Psiquiatra Infanto-juvenil.


El nacimiento de un hijo es uno de los acontecimientos vitales más significativos y de mayor impacto en la vida de la mujer. Lamentablemente asistimos a una epidemia de cesáreas, en su mayoría “inne-cesáreas” como ha denunciado la Organización Mundial de la Salud, que señala que en ningún país se debería superar el 10-15% de nacimientos por cesárea, mientras en nuestro país se roza el 25%, es decir, uno de cada cuatro niños viene al mundo por cesárea. Para las madres que han tenido una cesárea la lactancia tiene ventajas adicionales como :

El útero recupera antes su tamaño normal (la cesárea hace que el útero tarde más en recuperar el tamaño normal que si el parto hubiera sido vaginal 1).
Favorece la pérdida de peso, lo cual es aún más beneficioso si la madre tiene limitada su movilidad y actividad física durante las primeras semanas como consecuencia de la cesárea.
La protección para el bebé de numerosas infecciones puede ser especialmente importante para los niños que nacen por cesárea tras un parto largo con rotura de bolsa o que permanecen ingresados en el hospital, donde el riesgo de infecciones es mayor.
Pero sobre todo el éxito en la lactancia permite a muchas madres recuperar la confianza en su cuerpo y la autoestima que se vio quebrantada por la cesárea 2. Al favorecer el vínculo, la lactancia puede ser un instrumento de sanación de la herida emocional producida por el parto traumático, tanto para la madre como para el niño.

A pesar de estos beneficios los obstáculos son importantes. De hecho son numerosos los estudios que demuestran que las madres que tienen una cesárea dan menos el pecho que las que dan a luz vaginalmente. Los motivos son múltiples, desde el retraso en la primera toma y las dificultades derivadas de algunas rutinas hospitalarias hasta la falla en la confianza de la mujer tras la cesárea.

DIFICULTADES PARA AMAMANTAR DESPUÉS DE LA CESÁREA
Un estudio 3 señaló que las madre que daban a luz por cesárea urgente presentaban niveles más bajos de oxitocina y prolactina, las hormonas de la lactancia, en las primeras 48 horas del posparto. Otros autores también han concluido que las madres que dan a luz por cesárea presentan un riesgo tres veces mayor de abandonar la lactancia en el primer mes 4. Sin embargo las diferencias en la duración de la lactancia entre las madres que han dado a luz vaginalmente y las que lo han hecho por cesárea desaparecen después del primer mes 5. Por lo tanto resulta evidente que después de una cesárea las madres necesitan un apoyo especial e individualizado y un seguimiento estrecho en el inicio de la lactancia 6.

La mayoría de las dificultades que encuentran muchas madres para amamantar tras la cesárea no son debidas a la intervención sino a toda una serie de creencias erróneas y/o prácticas inadecuadas en el hospital que a menudo motivan que la lactancia termine antes de lo que la madre deseaba.

En realidad la lactancia se puede iniciar en la primera hora de vida del bebé incluso si éste ha nacido por cesárea. No existe ningún motivo médico que justifique el que a los bebés se les mantenga en observación sin sus padres durante las primeras 24 horas siguientes a la cesárea, como se realiza rutinariamente en algunos hospitales españoles. La primera recomendación para amamantar tras una cesárea es pues sencilla: no separar a madre y bebé bajo ningún argumento.

El cansancio, la fatiga y el estrés vivido por la madre pueden por sí solos inhibir la producción de la hormona prolactina. Este efecto suele verse acrecentado por las normas del hospital que a menudo impiden que la madre que ha tenido una cesárea descanse efectivamente: A esto se añade la creencia de que “la cesárea debilita tanto que la leche no alimenta al bebé”. A menudo se achaca a la debilidad materna secundaria a la cesárea el llanto del bebé, es decir, se interpreta que si el bebé llora mucho a pesar de tomar el pecho será porque la leche no le alimenta. Otro de las nociones que entorpece bastante la lactancia tras la cesárea es la de que “para que la madre descanse y se recupere antes es preferible que dé el biberón”. Preparar biberones en medio de la noche suele ser bastante más agotador que amamantar en la cama y como ya hemos comentado la lactancia favorece el que la madre se recupere antes de la cesárea.

El encontrar una buena postura para amamantar tras la cesárea puede no ser sencillo.
Muchas madres encuentran que la mejor postura en estos casos es tumbadas, esto también favorece el que echen pequeñas siestas cada vez que el bebé se duerme al pecho, lo que acelera bastante la recuperación materna. Otras madres se beneficiaron de los cojines especiales para la lactancia, que permiten tener al bebé bien colocado en el pecho sin que se apoye en el vientre de la madre, lo que evita el dolor. Los bebés nacidos por cesárea pueden tener dificultades propias de su nacimiento. Algunos pasan las primeras semanas muy adormilados, casi siempre por haber nacido dos o tres semanas antes de tiempo. Otros lloran desconsoladamente. A veces no sabemos porqué lloran, aparentemente todo está bien. Lo cierto es que algunos niños han sufrido mucho en el parto, en la cesárea o en las primeras horas de vida. Llevan el susto metido en el cuerpo, por decirlo de alguna manera, para ellos la experiencia ha sido dura. Resulta obvio, pero hay que recordar que los bebés se enteran de todo, sufren y se emocionan exactamente igual que todos los humanos, y si un bebé ha tenido un parto traumático puede recordarlo o tener pesadillas con el mismo. Lo importante es entender que incluso si no sabemos muy bien qué es lo que les pasa siempre podemos ofrecerles el pecho como consuelo o simplemente tenerlos en brazos y cantarles o acariciarles.

Los profesionales sanitarios a menudo desconocen el sufrimiento emocional que muchas madres atraviesan tras la cesárea. Por el contrario prevalece el imperativo de que la madre debe de estar feliz porque tiene “un bebé sano” o agradecida por la cesárea. Pero lo uno no quita lo otro: se puede estar muy feliz por la llegada al mundo de un hijo y a la vez muy triste por la pérdida del parto soñado o de las primeras horas junto al bebé. La cesárea es ante todo un sacrificio y un acto de amor: cuando una madre acepta ser seccionada casi siempre lo hace desde el convencimiento de que eso es lo mejor para su hijo .

Para algunas madres la cesárea no supone ningún trauma aparente, otras pueden tener sentimientos de pérdida y o fracaso.

¿Por qué son tan variables las reacciones ante un mismo suceso? Toda una serie de factores pueden inclinar la balanza en uno u otro sentido. En primer lugar los factores obstétricos. En las cesáreas urgentes el miedo por la vida del bebé o la propia vida puede ser una situación tan estresante como para desencadenar un verdadero síndrome de estrés postraumático, una reacción psicológica que hoy se sabe que puede producirse después de situaciones estresantes en el parto 7-9.

Por contra las cesáreas programadas pueden permitir que la mujer se prepare mejor psicológicamente para la intervención. Sin embargo este aspecto por sí sólo no justifica el programar la cesárea sin que haya trabajo de parto previo, ya que casi siempre se puede esperar a que se inicie el parto de manera espontánea y entonces realizar la intervención, así la mujer ha podido prepararse para la cesárea y también evitar entre otros el riesgo de que el bebé tenga problemas respiratorios, cosa frecuente en las cesáreas programadas. Además así el bebé al menos ha podido elegir su fecha de nacimiento.

El nacimiento, incluso si acontece en un quirófano, debería ser siempre tratado con el máximo respeto por parte de los profesionales : la madre y el niño son los verdaderos protagonistas.

Si la mujer se ha sentido partícipe de la decisión, si ha sido bien informada, si ha percibido la cesárea como imprescindible es más probable que la asimile bien 13.
Por el contrario, si se ha sentido maltratada verbalmente, si no ha sido acompañada y si la indicación de la cesárea ha sido dudosa o claramente innecesaria el malestar psicológico probablemente será significativo o incluso creciente conforme pase el tiempo. Para muchas madres el momento más doloroso llega meses o años después de la cesárea, cuando descubren que esta se podía haber evitado o que el motivo que se les dió en su momento era dudoso o incluso falso. Los aspectos socioculturales pueden favorecer la satisfacción de la mujer con el procedimiento, como es el caso de aquellos círculos sociales donde la cesárea se percibe como un privilegio de las clases altas (fenómeno descrito en algunas sociedades latinoamericanas, como Brasil o México) o por el contrario pueden incrementar su aislamiento y sufrimiento interno si la familia o los amigos no entienden la decepción de la madre con el nacimiento 10. Varios investigadores han estudiado las reacciones psicológicas presentes entre algunas mujeres que han dado a luz por cesárea. La más generalizada es la sensación de pérdida, es decir, el duelo por no haber tenido el parto soñado 11. Esto se puede expresar en términos de decepción o de tristeza intensa por no haber estado presente en el nacimiento “aunque me lo enseñaron al nacer yo no lo recuerdo, me da rabia tener que imaginarme lo que otras mujeres recuerdan toda su vida” 12.

La psicóloga Cheryl Beck analizó los relatos de mujeres que presentaban síndrome de estrés postraumático relacionado con el parto13. Encontró que las madres que lo padecen :

Continuamente recuerdan y reviven el parto mediante flashbacks y pesadillas, durante semanas o meses.

Se sienten desconectadas o extrañadas ante sus bebes y ausentes de la realidad, como si no estuvieran allí o no fueran las mismas.

El trauma vivido hace que necesiten entender y hablar continuamente de lo que les sucedió y que busquen información médica sobre sus partos de manera obsesiva (”obsesión y monotema”)

Se sienten enfadadas con los profesionales, con sus familiares y consigo mismas. Presentan síntomas de ansiedad y depresión. El SEPT dificulta la relación de las madres con los profesionales sanitarios.

Su experiencia de la maternidad se ve muy afectada. A menudo se sienten distanciadas de sus hijos. Tienen muchas dificultades para relacionarse con otras madres, no pueden evitar comparar su parto con el de las otras. El síndrome puede producir un rechazo a la sexualidad, a tener más hijos, o hacer que la madre pida una cesárea programada en el siguiente embarazo.

CÓMO FACILITAR LA LACTANCIA TRAS LA CESÁREA
Evitar la separación madre bebé tras la cesárea o minimizarla, y reforzar la autoestima y confianza maternas mediante mensajes positivos son la manera de ayudar a las madres a establecer la lactancia tras la cesárea. Prácticamente siempre la lactancia se puede iniciar en el quirófano. Casi todos los problemas con la lactancia se solucionan de manera similar: metiéndose madre y bebé semidesnudos en la cama, poniendo al bebe sobre el pecho de la madre, recomenzando, armándose de paciencia y cariño, posponiendo todo lo demás, ofreciendo el pecho verdaderamente a demanda. La manera de aumentar la producción de leche es simple: tener al bebé más tiempo al pecho. Si a pesar de todo sigue habiendo un problema es necesario que un buen profesional lo diagnostique y ofrezca una solución que permita continuar con el pecho, siempre animando y reconociendo el valor y mérito que tiene la madre en esa circunstancia. Algunas mujeres, además de sentirse culpables por haber tenido una cesárea en vez de un parto vaginal, se sienten fracasadas por no haber conseguido amamantar a su bebé14. En la mayoría de los casos el abandono de la lactancia ha sido debido a una serie de consejos erróneos y a una falta de apoyo por parte del entorno familiar y sanitario. Por eso es importante celebrar los logros, incluso si estos parecen pequeños. Si una madre logró amamantar a su bebe durante 15 días, eso ya tiene mérito. A veces los inicios de la lactancia son tan difíciles que se convierte en una situación de muchísimo agobio y angustia, un martirio real. Entender por qué no funcionó la lactancia también es la mejor manera de amamantar con éxito la siguiente vez. La recuperación emocional puede ser larga y laboriosa, y en algunos casos es preciso recurrir a la ayuda profesional, especialmente si hay un síndrome de estrés postraumático o una depresión posparto. Incluso si es recomendable iniciar tratamiento farmacológico, hay que recordar la mayoría de los psicofármacos son perfectamente compatibles con la lactancia materna 15. Cualquier planteamiento terapéutico debería iniciarse con un reconocimiento explícito a la madre por amamantar con éxito en una sociedad donde es tan pequeño el porcentaje de bebés amamantados de forma exclusiva. Este reconocimiento inicia el apoyo a la autoestima materna. La relación terapéutica por lo tanto debería basarse en el apoyo y refuerzo del vínculo materno filial y de la lactancia, no al contrario.

BIBLIOGRAFÍA
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Olza, I. Aspectos psicosociales del parto cesárea”. Revista OB STARE, número 8, marzo 2003.
Beck, Cheryl. “Post-traumatic stress disorder due to childbirth. The aftermath” Nursing Research, July August 2004, vol 53, no 4.
Olza, I. Lebrero, E. “¿Nacer por cesárea? Evitar cesáreas innecesarias, vivir cesáreas respetuosas”. Ediciones Granica, 2005.
Olza I., Gainza, I.“Alternativas al tratamiento psicofarmacológico en madres lactantes con depresión postparto en atención primaria”. Revista OB STARE número 7, enero 2003.
Enlace recomendado: Foro apoyocesareas: www.elistas.net/lista/ apoyocesareas.

domingo, 17 de julio de 2011

Mitos habituales sobre Lactancia Materna

A continuación de los mitos y las realidades, está toda la documentación desde donde se han obtenido las respuestas. Como vereis, está todo debidamente documentado.


Mito 1: Amamantar frecuentemente al niño reduce la producción de leche, produce un reflejo de eyección débil y al fracaso de la lactancia.
Realidad: La cantidad de leche que una madre produce llega a su punto óptimo cuando se le permite al niño sano amamantar tantas veces como lo necesite. El reflejo de eyección de la leche opera más fuertemente en presencia de un buen suministro de leche, que normalmente ocurre cuando se alimenta al niño a demanda.

DeCaralho, M et al., Effect of frequent breastfeeding on early milk production and infant weight gain, Pediatrics, 1983; 72:307-11
Hill, P., Insufficient milk supply syndrome, NAACOG's Clin Issues, 1992; 3(4):605-12
Klaus, M., The frequency of suckling: neglected but essential ingredient of breastfeeding, Ob Gyn Clin North Am 1987; 14(3):623-33
Neifert, M., Early assessment of the breastfeeding infant, Contemporary Pediatrics, octubre 1996
Lawrence, R., Breastfeeding: A Guide for the Medical Profession, 4ª ed. St. Louis: Mosby 1994;188
Salariya E. et al., Duration of breastfeeding after early initiation and frequent feeding, Lancet 1978 2(8100): 1141-43
Slaven, S. Harvey, D., Unlimited sucking time improves breastfeeding, Lancet 1981; 14: 392-93
Stuart-Macadam, P., Dettwyler, K., Breastfeeding: Biocultural Perspectives, Hawthorne, Nueva York: Aldine de Gruyter, 1995; 129
Woolridge, M. y Baum, J., Infant appetite-control and the regulation of the breast milk supply, Child Hosp Qtrly 1992; 3:113-19

Mito 2: Una madre necesita amamantar únicamente de cuatro a seis veces cada 24 horas para mantener una buena cantidad de leche.
Realidad: Los estudios científicos demuestran que cuando una madre amamanta frecuentemente desde que nace el niño, con un promedio de 9,9 veces cada 24 horas durante los primeros 15 días, su producción de leche es mayor, el niño aumenta mejor de peso y la madre amamantará durante un período de tiempo más largo. La producción de la leche ha demostrado estar relacionada con la frecuencia de las tomas. La cantidad de leche empieza a disminuir cuando las tomas son poco frecuentes o restringidas.

Daly, S., Hartmann, P., Infant demand and milk supply: Part 1 and 2, J Hum Lact 1995; 11(1):21-37
DeCaralho, M et al., Effect of frequent breastfeeding on early milk production and infant weight gain, Pediatrics, 1983; 72:307-11
De Coopman, J., Breastfeeding after pituitary resection: support for a theory of autocrine control of milk suppy, J Hum Lact 1993; 9(1): 35-40
Riordan, J., y Auerbach, K., Breastfeeding and Human Lactation, Boston y Londres: Jones and Bartlett 1993:88

Mito 3: Los niños obtienen toda la leche que necesitan durante los primeros cinco a diez minutos de mamar.
Realidad: Aunque muchos bebes mayorcitos pueden tomar la mayor parte de su leche en los primeros cinco a diez minutos, esto no es generalizable a todos los niños. Los recién nacidos, que apenas están aprendiendo a mamar, no siempre son tan eficaces al pecho y a menudo requieren mucho más tiempo para comer. Poder mamar también depende del reflejo de subida de la leche materna. Aunque a muchas madres les sube la leche casi inmediatamente, a otras no les sucede igual. En algunas mujeres, la subida de la leche es escalonada, tiene lugar varias veces durante una sola toma. En vez de adivinar, es mejor permitir que el niño mame hasta que muestre señales de satisfacción, tales como soltarse él solo o tener los brazos y las manos relajados.

Lucas, A., Lucas, P., Aum, J., Differences in the pattern of milk intake between breast and bottle-fed infants, Early Hum Dev 1981; 5: 1995
Stuart-Macadam, P., Dettwyler, K., Breastfeeding: Biocultural Perspectives, Hawthorne, Nueva York: Aldine de Gruyter, 1995; 220-37

Mito 4: Las madres lactantes deben espaciar las tomas para que puedan llenársele los pechos.
Realidad: Cada pareja madre/hijo es única y diferente. El cuerpo de una madre lactante siempre está produciendo leche. Sus senos funcionan en parte como "depósitos de reserva", algunos con mayor capacidad que otros. Cuanto más vacío este el pecho, más rápido trabajará el cuerpo para reabastecerlo. Cuanto más lleno esté el pecho, más lenta será la producción de leche. Si una madre espera sistemáticamente a que se le "llenen" los pechos antes de amamantar, su cuerpo puede recibir el mensaje de que está produciendo demasiada leche y, por tanto, reducir la producción.

Daly, S., Hartmann, P., Infant demand and milk supply: Part 2, J Hum Lact 1995; 11(1):27-37
Lawrence, R., Breastfeeding: A Guide for the Medical Profession, 4ª ed. St. Louis: Mosby 1994; 240-241

Mito 5: A las ocho semanas de edad el niño sólo necesita entre seis y ocho tomas de leche materna; a los tres meses sólo requiere de cinco a seis tomas; y a los seis meses, no más de cuatro o cinco tomas al día.
Realidad: La frecuencia de las tomas del niño alimentado al pecho varía de acuerdo con la producción de leche de la madre y su capacidad de almacenamiento (las madres con más pecho en general tienen mayor capacidad de almacenamiento), así como con las necesidades de crecimiento del niño. Los días en que se producen picos de crecimiento (días de mayor frecuencia) y las enfermedades del niño pueden cambiar temporalmente los patrones alimenticios del bebé. Además, el consumo calórico del niño aumenta al final de la toma, así que imponer límites arbitrarios sobre la frecuencia o duración de las tomas puede desembocar en un consumo demasiado bajo de calorías para el niño.

Daly, S., Hartmann, P., Infant demand and milk supply: Part 1, J Hum Lact 1995; 11(1):27-371-6
Klaus, M., The frequency of suckling: neglected but essential ingredient of breastfeeding, Ob Gyn Clin North Am 1987; 14(3):623-33
Lawrence, R., Breastfeeding: A Guide for the Medical Profession, 4ª ed. St. Louis: Mosby 1994; 253
Millard., A., The place of the clock in pediatric advice: rationales, cultural themes and impediments to breast-feeding, Soc Sci Med 1990: 31:211
Woolridge,M., "Baby controlled breastfeeding: biocultural implications" en Stuart-Macadam, P., Dettwyler, K., Breastfeeding: Biocultural Perspectives, Hawthorne, Nueva York: Aldine de Gruyter, 1995; 217-42

Mito 6: Es la cantidad de leche que el niño consume, no si es leche materna o de fórmula, lo que determina cuánto tiempo aguanta un niño entre dos tomas.
Realidad.Ls niños amamantados vacían el estómago más rápidamente que los niños alimentados con biberón, aproximadamente en 1,5 horas en vez de hasta 4 horas. Esto se debe al tamaño mucho menor de las moléculas de las proteínas que forman parte de la leche materna. Aunque la cantidad de leche que se consume es uno de los factores que determinan la frecuencia de las tomas, el tipo de leche es de igual importancia. Los estudios antropológicos de las leches producidas por los diversos tipos de mamíferos confirman que los bebes humanos están diseñados para recibir alimento con frecuencia y que así lo han hecho a través de la historia.

Lawrence, R., Breastfeeding: A Guide for the Medical Profession, 4ª ed. St. Louis: Mosby 1994; 254
Marmet, C., Shell, E., Breastfeeding Is Important, Encino, California: Lactation Institute, 1991; 4
Stuart-Macadam, P., Dettwyler, K., Breastfeeding: Biocultural Perspectives, Hawthorne, Nueva York: Aldine de Gruyter, 1995; 192

Mito 7: Nunca despiertes al niño que duerme.
Realidad: Aunque es verdad que la mayoría de los niños indican cuándo tienen hambre, es posible que los recién nacidos no se despierten tan a menudo como lo necesitan, por lo que hay que despertarlos si fuera necesario para que coman por lo menos ocho veces cada 24 horas. Quizá no se despierta a causa de los medicamentos que recibió la madre durante el parto, por ictericia, trauma, chupete, medicamentos maternos o comportamiento introvertido por parte de los niños a los que se les hace esperar cuando dan señales de hambre. Además, las madres que quieran aprovechar la infertilidad natural que produce la amenorrea durante la lactancia comprobarán que el regreso de la menstruación se demora aun más cuando el niño sigue mamando de noche.

American Academy of Pediatrics Policy Statement on Breastfeeding and the Use of Human Milk, Pediatrics 1997: 100(6): 1035-39
Klaus, M., The frequency of suckling: neglected but essential ingredient of Breastfeeding, Ob Gyn Clin North Am 1987; 14(3):623-33
Mohrbacher, N., Stock, J., Breastfeeding Answer Book, Schaumburg, Illinois: LLLI, 1997;60-65, 360-61
Tips for Rousing a Sleepy Newborn, LLLI, 1997, Publication No. 485

Mito 8: El metabolismo del niño se encuentra desorganizado al nacer y requiere que se le imponga una rutina u horario para ayudar a resolver esta desorganización.
Realidad: Los niños nacen programados para comer, dormir y tener períodos de vigilia. No es un comportamiento desorganizado, sino un reflejo de las necesidades únicas de cada recién nacido. Con el transcurso del tiempo los bebés se adaptan gradualmente al ritmo de vida de su nuevo ambiente sin precisar entrenamiento ni ayuda.

Mohrbacher, N., Stock, J., Breastfeeding Answer Book, Schaumburg, Illinois: LLLI, 1997;60-65, 360-61
Sears, W., The Fussy Baby, LLLI 1985; 12-13

Mito 9: Las madres lactantes deben usar siempre ambos pechos en cada toma.
Realidad: Es mucho más importante dejar que el niño termine de tomar del primer lado antes de ofrecer el segundo, aunque esto signifique que rechace el segundo lado durante esa toma. La última leche (que contiene más calorías) se obtiene gradualmente conforme se va vaciando el pecho. Para algunos niños, si se les cambia de lado de forma prematura, se llenarán de la leche primera, más baja en calorías, en vez de obtener el equilibrio natural entre la leche primera y segunda. Como resultado, el niño no se satisfará y perderá peso. Durante las primeras semanas, muchas madres ofrecen ambos pechos en cada toma para ayudar a establecer el suministro de leche.

Mohrbacher, N., Stock, J., Breastfeeding Answer Book, Schaumburg, Illinois: LLLI, 1997;60-65, 25
Stuart-Macadam, P., Dettwyler, K., Breastfeeding: Biocultural Perspectives, Hawthorne, Nueva York: Aldine de Gruyter, 1995; 192
Woolridge, M., Fisher, C., Colic, "overfeeding" and symptoms of lactose malabsorption in the breastfed baby: a possible artifact of feeding management?, Lancet 1988; 11(8605): 382-84
Woolridge, M. et al., Do changes in pattern of breast usage alter the baby's nutritional intake?, Lancet 1990; 336 (8712): 395-97

Mito 10: Si un niño no aumenta bien de peso, es posible que la leche de su madre sea de baja calidad.
Realidad: Los estudios demuestran que aun las mujeres desnutridas son capaces de producir leche de suficiente calidad y cantidad para suplir las necesidades de crecimiento del niño. En la mayoría de los casos, el escaso peso se debe al consumo insuficiente de leche materna o a un problema orgánico del niño.

Mohrbacher, N., Stock, J., Breastfeeding Answer Book, Schaumburg, Illinois: LLLI, 1997;60-65, 25
Wilde, C. et al., Breastfeeding; matching supply with demand in human lactation, Proc Nutr Soc 1995; 54: 401-06

Mito 11: Cuando una mujer tiene escasez de leche, generalmente se debe al estrés, la fatiga o el bajo consumo alimenticio y de líquidos.
Realidad: Las causas más comunes de leche escasa son: tomas infrecuentes y/o problemas con el afianzamiento y postura del bebé al mamar. Ambos problemas se deben en general a información incorrecta que recibe la madre lactante. Los problemas de succión del niño también pueden afectar de forma negativa a la cantidad de leche que produce la madre. El estrés, la fatiga o la mala nutrición rara vez son causas de baja producción de leche, ya que el cuerpo humano ha desarrollado mecanismos de supervivencia para proteger al lactante en tiempos de hambruna.

Dusdieker, B., Stumbo, J. Booth, B. et al, Prolonged maternal fluid supplementation in breastfeeding, Pediatrics 1990; 86: 737-40
Hill, P., Insufficient milk supply syndrome, NAACOG's Clin Issues 1992; 3(4):605-13.
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Mito 12: Una madre debe tomar leche para producir leche.
Realidad: Una dieta saludable de verduras, frutas, cereales y proteínas es todo lo que una madre necesita para nutrirse adecuadamente y producir leche. El calcio se puede obtener de una gran variedad de fuentes no relacionadas con los lácteos, como las verduras verdes, semillas, frutos secos y pescados como la sardina y el salmón con espina. Ningún otro mamífero toma leche para producir leche.

Behan, E. Eat Well, Lose Weight While Breastfeeding, Nueva York: Villard Books, 1992; 145-46
Mohrbacher, N., Stock, J., Breastfeeding Answer Book, Schaumburg, Illinois: LLLI, 1997;377, 379


Mito 13: Chupar sin el propósito de alimentarse (succión no nutritiva) no tiene base científica.
Realidad: Las madres con experiencia en lactancia aprenden que los patrones de succión y las necesidades de cada niño varían. Aunque que las necesidades de succión de algunos niños se satisfacen primordialmente cuando comen, otros niños requieren más succión al pecho, aun cuando hayan acabado de comer hace unos minutos. Muchos niños también maman cuando tienen miedo, cuando se sienten solos o cuando algo les duele.

Lawrence, R., Breastfeeding: A Guide for the Medical Profession, 4ª ed. St. Louis: Mosby 1994; 432
Riordan, J. y Auerbach, K., Breastfeeding and Human Lactation, Boston y Londres: Jones and Bartlett 1993:96-97


Mito 14: Las madres no deben prestarse a ser el "chupón" de su hijo.
Realidad: Consolar y suplir las necesidades de succión al pecho es el diseño de la naturaleza para madres e hijos. Los chupones (chupetes, bobos, pepes) son un sustituto de la madre cuando ella no está. Otras razones de ofrecer el pecho para apaciguar al niño incluyen un mejor desarrollo oral y facial, la prolongación de la amenorrea, evitar la confusión de succión y estimular una producción adecuada de leche que asegure un índice más elevado de éxito de la lactancia.

American Academy of Pediatrics Policy Statement on Breastfeeding and the Use of Human Milk, Pediatrics 1997: 100(6): 1035-39
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Mito 15: La confusión tetina-pezón no existe.
Realidad: La alimentación al pecho y la alimentación por biberón requieren diferentes técnicas orales y motrices. Las tetinas artificiales proveen una especie de "sobreestimulación" en la que los niños pueden fijarse y preferir al pezón, más suave. Como resultado, algunos bebés desarrollan la confusión de succión y usan técnicas no adecuadas para mamar al pecho cuando se les ha ofrecido biberón y pecho.

Blas, E., Behavioral and physiological consequences of suckling in rat and human newborns, Acta Paediatr Suppl 1994; 397:71-76
Mohrbacher, N., Stock, J., Breastfeeding Answer Book, Schaumburg, Illinois: LLLI, 1997;82-87
Neifert, M. et al., Nipple confusion: toward a formal definition, J Pediatr 1995: 126(6):S125-9
Nipple Confusion: Overcoming and Avoiding this Problem, LLLI, 1992, Publication No. 32.


Mito 16: La lactancia frecuente puede dar lugar a la depresión postparto. Realidad: Se cree que la causa de la depresión postparto es debida a las hormonas fluctuantes que se presentan después del nacimiento del niño y que puede agudizarse por la fatiga y por la falta de apoyo social. Sin embargo, se da en mujeres con problemas anteriores al embarazo.

Astbury, J. et al., Birth events, birth experiences, and social differences in postnatal depression, Aust J Public Health 1994; 18 (2): 176-84
Dunnewold, A., Breastfeeding and postpartum depression: is there a connection?, Breastfeeding Abstracts, LLLI, May 1996; 25
Lawrence, R., Breastfeeding: A Guide for the Medical Profession, 4ª ed. St. Louis: Mosby 1994; 191-92

Mito 17: Alimentar al niño a demanda no facilita el vínculo maternal.
Realidad: Responder de forma sensible a las señales del niño une a la madre con su hijo de tal forma que se sincronizan, lo cual crea un vínculo mayor.

Ainsworth, M., Infant-mother attachment, Am Psych 1979; 34(10):932-37
Berg-Cross, L., Berg-Cross, G., McGeehan, D., Experience and personality differences among breast and bottle-feeding mothers, Psych of Women Qtly 1979: 3(4):344-58.
Kennell, J., Jerauld, R., Wolfe, H. et al., Maternal behavior one year after early and extended post-partum contact, Developmental Medicine and Child Neurology 1974;16(2):99-107
Temoury, M. et al., Influence of breastfeeding on the infant's intellectual development, J Ped Gastro Nutr 1994; 18:32-36

Mito 18: Las madres que miman a sus hijos demasiado y los llevan demasiado en brazos los malcrían.
Realidad: Los niños a quienes se lleva en brazos a menudo lloran menos horas al día y muestran mayores rasgos de seguridad al crecer.

Anisfeld, E. et al., Does infant carring promote attachment? An experimental study of the effects of increased physical contact on the development of attachment, Child Dev 1990; 61:1617-27
Barr, R. y Elias M., Nursing interval and maternal responsivity: effect on early infant crying, Pediatrics 1988; 81:529-36
Bowlby. J., Attachment and Loss: Attachment, vol 1. Nueva York: Basic Books, 1969; 178, 208, 240
Heller, S., The Vital Touch: How Intimate Contact with Your Baby Leads to Happier, Healthier Development, Nueva York: Henry Holt, 1997; 41-53, 204-21
Hunziker, U. y Barr R., Increased carrying reduces infant crying: a randomized controlled trial, Pediatrics 1986; 77:641
Matas, L., Arend, R., Sroufe, L., Continuity of adaptation in the second year: the relationship between quality of attachment and later competence, Child Dev 1978; 49:547-56

Mito 19: Es importante que los demás miembros de la familia alimenten al niño para que también ellos desarrollen un vínculo.
Realidad: Alimentar al niño no es la única forma con la que los demás miembros de la familia pueden acercarse al niño. Cargar, acariciar, bañar y jugar con el bebé son muy importantes para su crecimiento y desarrollo, así como para su vínculo con los demás.

Heller, S., The Vital Touch: How Intimate Contact with Your Baby Leads to Happier, Healthier Development, Nueva York: Henry Holt, 1997; 60-61

Mito 20: El hecho de que sea el niño quien dirija su alimentación (con la lactancia a demanda) tiene un efecto negativo sobre la relación de la pareja.
Realidad: Los padres maduros se dan cuenta de que las necesidades del recién nacido son muy intensas, pero que también disminuyen con el tiempo. De hecho, el trabajo de equipo que se realiza al cuidar de un recién nacido puede unir a la pareja conforme aprenden a ser padres juntos.

Bocar, D., Moore, K., Acquiring the parental role: a theoretical perspective, LLLI Lactation Consultant Series, Unit 16. Garden City Park, Nueva York: Avery, 1987
Sears, W., Becoming a Father, Schaumburg, Illinois: LLLI, 1986; 29-50, 119-29

Mito 21: Algunos niños son alérgicos a la leche materna.
Realidad: La leche materna es la sustancia más natural y fisiológica que el niño puede ingerir. Si el bebé muestra señas de sensibilidad relacionadas con la alimentación, en general se deben a alguna proteína ajena que ha logrado entrar a la leche materna, y no a la leche materna en sí. Esto se remedia fácilmente eliminando el alimento ofensivo de la dieta materna durante un tiempo.

Hudson, I. et. al., A low allergen diet is a significant intervention in infantile colic: results of a community-based study, J Allergy Clin Immunol 1995; 96:886-92
Mohrbacher, N., Stock, J., Breastfeeding Answer Book, Schaumburg, Illinois: LLLI, 1997;97-99
Salmon, M., Breast Milk: Nature's Perfect Fórmula, Demarest, Nueva Jersey: Techkits, 1994;32-3

Mito 22: La lactancia demasiado frecuente causa obesidad cuando el niño crece. Realidad: Los estudios científicos demuestran que los niños amamantados que autocontrolan sus patrones alimenticios y la cantidad que ingieren tienden a consumir la cantidad de leche adecuada para su propio cuerpo. Es la alimentación con biberón y la introducción precoz de alimentos complementarios la causa de que se vean afectados de obesidad al crecer, no la lactancia natural.

Dewey, K., Lonnerdal, B., Infant self-regulation of breastmilk intake, Acta Paediatr Scand 1986; 75:893-98
Dewey, K., et al., Growth of breast-fed and fórmula-fed infants from 0 to 18 months: the DARLING study, Pediatrics 1992a; 89(6):1035-41
Kramer, M., Do breastfeeding and delayed introduction of solid foods protect against subsequent obesity?, J Pediatr 1981;98:883-87.
Stuart-Macadam, P., Dettwyler, K., Breastfeeding: Biocultural Perspectives, Hawthorne, Nueva York: Aldine de Gruyter, 1995; 192
Woolridge, M. Returning control of feeding to the infant, Paper presented at the LLL of Texas Area Conference, Houston, Tejas, EE.UU., julio 42-26, 1992.

Mito 23: Dar el pecho mientras el niño está recostado causa infecciones de oído. Realidad: Dado que la leche materna es un fluido vivo y lleno de anticuerpos e inmunoglobulinas, el bebé lactante tiene menor probabilidad de desarrollar infecciones de oído, independientemente de la postura que utilice.

Anainsson, G. et al., A prospective cohort study on breastfeeding and otitis media in Swedish infants, Pediatr Infect Dis J 1994: 13:183-88
Harabuchi, Y. et al., Human milk secretory IgA antibody to nontypeable haemophilus influenzae: possible protective effects against nasopharyngeal colonization, J Pediatr 1994; 124(2): 193-98

Mito 24: La Lactancia prolongada más allá de los 12 meses del niño carece de valor, ya que la calidad de la leche materna empieza a deteriorarse a partir de los seis meses de vida.
Realidad: La composición de la leche materna cambia de acuerdo con las necesidades del niño conforme éste madura. Aun cuando el niño ya es capaz de recibir otro tipo de alimentos, la leche materna es su fuente primordial de nutrición durante los primeros 12 meses. Se convierte en complemento de los alimentos al segundo año de vida. Además, el sistema inmunológico del niño tarda entre dos y seis años en madurar. La leche materna continúa complementando y ayudando al sistema inmune mientras el niño la siga tomando.

American Academy of Pediatrics Policy Statement on Breastfeeding and the Use of Human Milk, Pediatrics 1997: 100(6): 1035-39
Goldman, A., Immunologic components in human milk during the second year of lactation, Acta Paediatr Scand 1983; 72:461-62
Gulick, E., The effects of breastfeeding on toddler health, Ped Nursing 1986; 12:51-54
Innocenti Declaration on the protection, promotion and support of breastfeeding, Ecology of Food and Nutrition 1991; 26:271-73
Mohrbacher, N., Stock, J., Breastfeeding Answer Book, Schaumburg, Illinois: LLLI, 1997;164-68
Saarien, U., Prolonged breastfeeding as prophylaxsis for recurrent otitis media, Acta Paediatr Scand 1982; 71:567-71

Lisa Marasco Leaven. La Liga de la Leche
Traduccion por Norma Escobar y Yanet Olivares de Saiz.

viernes, 15 de julio de 2011

Tu hijo es buena persona


Hoy os acercamos un extracto del libro "Besame mucho" del pediatra Carlos González, sobre una serie de virtudes que muchas veces no sabemos ver en nuestros hijos. Es un texto un poco largo pero que seguro se os hace corto. Que lo disfruteis.


Cuando una esposa afirma que su marido es muy bueno, probablemente es un hombre cariñoso, trabajador, paciente, amable... En cambio, si una madre exclama "mi hijo es muy bueno", casi siempre quiere decir que se pasa el día durmiendo, o mejor que "no hace más que comer y dormir" (a un marido que se comportase así le llamaríamos holgazán). Los nuevos padres oirán docenas de veces (y pronto repetirán) el chiste fácil: "¡Qué monos son... cuando duermen!"
Y así los estantes de las librerías, las páginas de las revistas, las ondas de la radio, se llenan de "problemas de la infancia": problemas de sueño, problemas de alimentación, problemas de conducta, problemas en la escuela, problemas con los hermanos... Se diría que cualquier cosa que haga un niño cuando está despierto ha de ser un problema.
Nadie nos dice que nuestros hijos, incluso despiertos (sobre todo despiertos), son gente maravillosa; y corremos el riesgo de olvidarlo. Aún peor, con frecuencia llamamos "problemas", precisamente, a sus virtudes.

Tu hijo es generoso
Marta juega en la arena con su cubo verde, su pala roja y su caballito. Un niño un poco más pequeño se acerca vacilante, se sienta a su lado y, sin mediar palabra (no parece que sepa muchas) se apodera del caballito, momentáneamente desatendido. A los pocos minutos, Marta decide que en realidad el caballito es mucho más divertido que el cubo, y lo recupera de forma expeditiva. Ni corto ni perezoso, el otro niño se pone a jugar con el cubo y la pala. Marta le espía por el rabillo del ojo, y comienza a preguntarse si su decisión habrá sido la correcta. ¡El cubo parece ahora tan divertido!
Tal vez la mamá de Marta piense que su hija "no sabe compartir". Pero recuerde que el caballito y el cubo son las más preciadas posesiones de Marta, digamos como para usted el coche. Y unos minutos son para ella una eternidad. Imagine ahora que baja usted de su coche, y un desconocido, sin mediar palabra, sube y se lo lleva. ¿Cuántos segundos tardaría usted en empezar a gritar y a llamar a la policía? Nuestros hijos, no le quepa duda, son mucho más generosos con sus cosas que nosotros con las nuestras.

Tu hijo es desinteresado
Sergio acaba de mamar; no tiene frío, no tiene calor, no tiene sed, no le duele nada... pero sigue llorando. Y ahora, ¿qué más quiere?
La quiere a usted. No la quiere por la comida, ni por el calor, ni por el agua. La quiere por sí misma, como persona. ¿Preferiría acaso que su hijo la llamase sólo cuando necesitase algo, y luego "si te he visto no me acuerdo"? ¿Preferiría que su hijo la llamase sólo por interés?
El amor de un niño hacia sus padres es gratuito, incondicional, inquebrantable. No hace falta ganarlo, ni mantenerlo, ni merecerlo. No hay amor más puro. El doctor Bowlby, un eminente psiquiatra que estudió los problemas de los delincuentes juveniles y de los niños abandonados, observó que incluso los niños maltratados siguen queriendo a sus padres.
Un amor tan grande a veces nos asusta. Tememos involucrarnos. Nadie duda en acudir de inmediato cuando su hijo dice "hambre", "agua", "susto", "pupa"; pero a veces nos creemos en el derecho, incluso en la obligación, de hacer oídos sordos cuando sólo dice "mamá". Así, muchos niños se ven obligados a pedir cosas que no necesitan: infinitos vasos de agua, abrir la puerta, cerrar la puerta, bajar la persiana, subir la persiana, encender la luz, mirar debajo de la cama para comprobar que no hay ningún monstruo... Se ven obligados porque, si se limitan a decir la pura verdad: "papá, mamá, venid, os necesito", no vamos. ¿Quién le toma el pelo a quién?

Tu hijo es valiente
Está usted haciendo unas gestiones en el banco y entra un individuo con un pasamontañas y una pistola. "¡Silencio! ¡Al suelo! ¡Las manos en la nuca!" Y usted, sin rechistar, se tira al suelo y se pone las manos en la nuca. ¿Cree que un niño de tres años lo haría? Ninguna amenaza, ninguna violencia, pueden obligar a un niño a hacer lo que no quiere. Y mucho menos a dejar de llorar cuando está llorando. Todo lo contrario, a cada nuevo grito, a cada bofetón, el niño llorará más fuerte.
Miles de niños reciben cada año palizas y malos tratos en nuestro país. "Lloraba y lloraba, no había manera de hacerlo callar" es una explicación frecuente en estos casos. Es la consecuencia trágica e inesperada de un comportamiento normal: los niños no huyen cuando sus padres se enfadan, sino que se acercan más a ellos, les piden más brazos y más atención. Lo que hace que algunos padres se enfaden más todavía. Si que huyen los niños, en cambio, de un desconocido que les amenaza.
Los animales no se enfadan con sus hijos, ni les riñen. Todos los motivos para gritarles: sacar malas notas, no recoger la habitación, ensuciar las paredes, romper un cristal, decir mentiras... son exclusivos de nuestra especie, de nuestra civilización. Hace sólo 10.000 años había muy pocas posibilidades de reñir a los hijos. Por eso, en la naturaleza, los padres sólo gritan a sus hijos para advertirles de que hay un peligro. Y por eso la conducta instintiva e inmediata de los niños es correr hacia el padre o la madre que gritan, buscar refugio en sus brazos, con tanta mayor intensidad cuanto más enfadados están los progenitores.

Tu hijo sabe perdonar
Silvia ha tenido una rabieta impresionante. No se quería bañar. Luchaba, se revolvía, era imposible sacarle el jersey por la cabeza (¿por qué harán esos cuellos tan estrechos?). Finalmente, su madre la deja por imposible. Ya la bañaremos mañana, que mi marido vuelve antes a casa; a ver si entre los dos...
Tan pronto como desaparece la amenaza del baño, tras sorber los últimos mocos y dar unos hipidos en brazos de mamá, Silvia está como nueva. Salta, corre, ríe, parece incluso que se esfuerce por caer simpática. El cambio es tan brusco que coge por sorpresa a su madre, que todavía estará enfadada durante unas horas. "¿Será posible?" "Mírala, no le pasa nada, era todo cuento".
No, no era cuento. Silvia estaba mucho más enfadada que su madre; pero también sabe perdonar más rápidamente. Silvia no es rencorosa. Cuando Papá llegue a casa, ¿cuál de las dos se chivará? ("Mamá se ha estado portando mal..."). El perdón de los niños es amplio, profundo, inmediato, leal.

Tu hijo sabe ceder
Jordi duerme en la habitación que sus padres le han asignado, en la cama que sus padres le han comprado, con el pijama y las sábanas que sus padres han elegido. Se levanta cuando le llaman, se pone la ropa que le indican, desayuna lo que le dan (o no desayuna), se pone el abrigo, se deja abrochar y subir la capucha porque su madre tiene frío y se va al cole que sus padres han escogido, para llegar a la hora fijada por la dirección del centro. Una vez allí, escucha cuando le hablan, habla cuando le preguntan, sale al patio cuando le indican, dibuja cuando se lo ordenan, canta cuando hay que cantar. Cuando sea la hora (es decir, cuando la maestra le diga que ya es la hora) vendrán a recogerle, para comer algo que otros han comprado y cocinado, sentado en una silla que ya estaba allí antes de que él naciera.
Por el camino, al pasar ante el quiosco, pide un "Tontanchante", "la tontería que se engancha y es un poco repugnante", y que todos los de su clase tienen ya. "Vamos, Jordi, que tenemos prisa. ¿No ves que eso es una birria?" "¡Yo quiero un Totanchante, yo quiero, yo quiero...!" Ya tenemos crisis.
Mamá está confusa. Lo de menos son los 3 euros que cuesta la porquería ésta. Pero ya ha dicho que no. ¿No será malo dar marcha atrás? ¿Puede permitir que Jordi se salga con la suya? ¿No dicen todos los libros, todos los expertos, que es necesario mantener la disciplina, que los niños han de aprender a tolerar las frustraciones, que tenemos que ponerles límites para que no se sientan perdidos e infelices? Claro, claro, que no se salga siempre con la suya. Si le compra ese Tontachante, señora, su hijo comenzará una carrera criminal que le llevará al reformatorio, a la droga y al suicidio.
Seamos serios, por favor. Los niños viven en un mundo hecho por los adultos a la medida de los adultos. Pasamos el día y parte de la noche tomando decisiones por ellos, moldeando sus vidas, imponiéndoles nuestros criterios. Y a casi todo obedecen sin rechistar, con una sonrisa en los labios, sin ni siquiera plantearse si existen alternativas. Somos nosotros los que nos "salimos con la nuestra" cien veces al día, son ellos los que ceden. Tan acostumbrados estamos a su sumisión que nos sorprende, y a veces nos asusta, el más mínimo gesto de independencia. Salirse de vez en cuando con la suya no sólo no les va hacer ningún daño, sino que probablemente es una experiencia imprescindible para su desarrollo.

Tu hijo es sincero
¡Cómo nos gustaría tener un hijo mentiroso! Que nunca dijera en público "¿Por qué esa señora es calva?" o ¿Por qué ese señor es negro?" Que contestase "Sí" cuando le preguntamos si quiere irse a la cama, en vez de contestar "Sí" a nuestra retórica pregunta "¿Pero tú crees que se pueden dejar todos los juguetes tirados de esta manera?"
Pero no lo tenemos. A los niños pequeños les gusta decir la verdad. Cuesta años quitarles ese "feo vicio". Y, entre tanto, en este mundo de engaño y disimulo, es fácil confundir su sinceridad con desafío o tozudez.

Tu hijo es un buen hermano
Imagínese que su esposa llega un día a casa con un guapo mozo, más joven que usted, y le dice: "Mira, Manolo, este es Luis, mi segundo marido. A partir de ahora viviremos los tres juntos, y seremos muy felices. Espero que sabrás compartir con él tu ordenador y tu máquina de afeitar. Como en la cama de matrimonio no cabemos los tres, tú, que eres el mayor, tendrás ahora una habitación para ti sólito. Pero te seguiré queriendo igual". ¿No le parece que estaría "un poquito" celoso? Pues un niño depende de sus padres mucho más que un marido de su esposa, y por tanto la llegada de un competidor representa una amenaza mucho más grande. Amenaza que, aunque a veces abrazan tan fuerte a su hermanito que le dejan sin aire, hay que admitir que los niños se toman con notable ecuanimidad.

Tu hijo no tiene prejuicios
Observe a su hijo en el parque. ¿Alguna vez se ha negado a jugar con otro niño porque es negro, o chino, o gitano, o porque su ropa no es de marca o tiene un cochecito viejo y gastado? ¿Alguna vez le oyó decir "vienen en pateras y nos quitan los columpios a los españoles"? Tardaremos aún muchos años en enseñarles esas y otras lindezas.

Tu hijo es comprensivo
Conozco a una familia con varios hijos. El mayor sufre un retraso mental grave. No habla, no se mueve de su silla. Durante años, tuvo la desagradable costumbre de agarrar del pelo a todo aquél, niño o adulto, que se pusiera a su alcance, y estirar con fuerza. Era conmovedor ver a sus hermanitos, con apenas dos o tres años, quedar atrapados por el pelo, y sin gritar siquiera, con apenas un leve quejido, esperar pacientemente a que un adulto viniera a liberarlos. Una paciencia que no mostraban, ciertamente, con otros niños. Eran claramente capaces de entender que su hermano no era responsable de sus actos.

Si se fija, observará estas y muchas otras cualidades en sus hijos. Esfuércese en descubrirlas, anótelas si es preciso, coméntelas con otros familiares, recuérdeselas a su hijo dentro de unos años ("De pequeño eras tan madrugador, siempre te despertabas antes de las seis...") La educación no consiste en corregir vicios, sino en desarrollar virtudes. En potenciarlas con nuestro reconocimiento y con nuestro ejemplo.

La semilla del bien
Observando el comportamiento de niños de uno a tres años en una guardería, unos psicólogos pudieron comprobar que, cuando uno lloraba, los otros espontáneamente acudían a consolarle. Pero aquellos niños que habían sufrido palizas y malos tratos hacían todo lo contrario: reñían y golpeaban al que lloraba. A tan temprana edad, los niños maltratados se peleaban el doble que los otros, y agredían a otros niños sin motivo ni provocación aparente, una violencia gratuita que nunca se observaba en niños criados con cariño.
Oirá decir que la delincuencia juvenil o la violencia en las escuelas nacen de la "falta de disciplina", que se hubieran evitado con "una bofetada a tiempo". Eso son tonterías. El problema no es falta de disciplina, sino de cariño y atención, y no hay ningún tiempo "adecuado" para una bofetada. Ofrézcale a su hijo un abrazo a tiempo. Miles de ellos. Es lo que de verdad necesita.
Dr. Carlos González, pediatra. Extractado de Bésame mucho

miércoles, 13 de julio de 2011

Lactancia múltiple


Una de las preocupaciones más frecuentes de las madres recientes es si tendrán leche suficiente para amamantar a su bebés, temor que se acrecienta en el caso de partos múltiples. Pero es totalmente posible dar el pecho, e incluso de forma exclusiva a dos niños o más.

Los nacimientos de gemelos se han multiplicado en los últimos años debido, en gran parte, a los tratamientos de reproducción asistida. En la mayoría de estos casos se trata de niños prematuros, con bajo peso, para los que la lactancia materna es más beneficiosa si cabe.
El número de madres de gemelos que decide alimentar de forma natural a sus bebés está creciendo. Sin embargo, las dudas sobre su capacidad para hacerlo no son pocas. Así, éstas son las principales preocupaciones:

Producir bastante leche. Según los datos recogidos por Multilacta, un 80% de estas mamás por partida doble dan el pecho y, entre ellas, algo menos de la mitad lo hace de forma exclusiva; es decir, ofrecen sólo leche materna. Esto es posible, pues la producción de leche tiene la gran ventaja de adaptarse a cualquier circunstancia. De hecho, se ha constatado cómo el volumen de leche que fabrica la madre se duplica o triplica según tenga dos o más bebés a los que alimentar, por lo que las posibilidades de éxito con la lactancia son las mismas que si se ha dado a luz a un solo bebé.

No tener tiempo para nada más. Es cierto que dar de mamar a dos bebés exige mucho tiempo y dedicación y es algo que no se puede delegar. Pero si estás decidida a ello piensa en las múltiples ventajas tanto económicas (ahorro de leches artificiales y demás) como de logística (no perderás tiempo en preparar el biberón, en esterilizar…) y, sobre todo, para su salud. Al tratarse de bebés que suelen nacer de forma prematura se encuentran más protegidos en una época crucial para ellos. Además, aunque es cierto que nadie lo podrá hacer por ti, puedes tomártelo como un momento de relax en el que descansar y disfrutar del contacto con tus hijos.

Si nacen antes de tiempo. Cuando son demasiado pequeños es posible que muestren más dificultades para cogerse bien al pecho, pues están más débiles y adormilados. A partir de la semana 32ª, ya suelen ser capaces de hacer las tomas directamente al pecho, pero si nacen antes de esta fecha o si pesan menos de 1.500 gramos, la cosa se complica. En estos casos se recomienda a la madre que se extraiga leche para que puedan administrársela a sus bebés (en el hospital facilitan los extractores), lo que es mucho más beneficioso para ellos que la leche artificial. Cuando el bebé vaya ganando peso, podrá ir cogiéndose directamente al pecho.

Las posturas con gemelos

1- Balones de rugby. Cada bebé pasa bajo un brazo de su madre. Su tripa gira para tocar el costado materno. Facilita mucho la toma en caso de cesárea, cuando los bebés son muy pequeños y también si los pechos son muy voluminosos.
2-De cuna. La madre coge a sus bebés en la postura tradicional de cuna. Los bebés hacen una “V” sobre la tripa de la madre.
3-En paralelo. La madre coloca a los dos bebés en paralelo. Uno de ellos reposa sobre un antebrazo y el otro pasa bajo el brazo.
4 y 5- En forma de cruz o enfrentados. Cada uno reposa sobre un antebrazo. Hay distintas formas: sus piernecitas se cruzan o sus tripitas quedan enfrentadas.
6- Otras. La madre puede adoptar otras posturas que le resulten cómodas para lactar.

¿Por separado o los dos a la vez?Los inicios suelen ser complicados, tanto para la madre que ha tenido un hijo como para la que ha tenido dos. Cuando una mamá quiere dar el pecho a sus gemelos, lo prioritario es buscar siempre un apoyo eficaz durante su lactancia que le permita poder estar a disposición de sus bebés sin límites. Además, debe aprender a confiar en su cuerpo y en sus hijos. La mayoría de las madres opta en las primeras tomas por dar el pecho por separado. Esto es así hasta que van cogiendo confianza y dominando la técnica. Se trata de una cuestión personal . Cada madre va a adaptando la lactancia a sus circunstancias. Sin duda, el amamantamiento simultáneo de dos bebés ofrece grandes ventajas: ahorro y sincronización de tiempos, facilita la succión de los bebés mas débiles, la producción se ve incrementada por una liberación más alta de prolactina… Pero es una postura en la que se tiene que sentir a gusto la madre”.

¿Los pechos se alternan?La madre de gemelos puede organizar la toma de distintas formas, según se sienta más cómoda:

Un pecho para cada bebé. Con esta opción, a cada uno de los bebés se le “adjudica” un pecho y, en principio (ya sabes que las normas estrictas van en contra de la lactancia), es de ese del que mamará en todas las tomas. ¿Qué ventajas tiene esa opción? Se impide el contagio de determinados agentes patógenos, como las cándidas. Además, haciendo una lactancia a demanda y sin restricciones, la mayoría de los gemelos alimentados al pecho consiguen más fácilmente la leche grasa del final, porque no les queda otra que mamar del mismo pecho. Ya sabes que la leche del principio tiene más contenido en agua, y la del final posee más calorías y es la que sacia y engorda más, por lo que esa leche es muy valiosa.

Cambiar al niño de pecho. También se puede cambiar al niño de pecho de varias formas. O dándole de los dos pechos en cada toma, u ofreciéndole uno distinto cada vez que mame. Y esto así con uno o con ambos bebés. Las posibilidades son muchas y debes ser tú quien elija la que mejor os vaya y con la que mejor te organices.

¡Pide ayuda! Seguramente ya desde el embarazo le estás dando vueltas a cómo te las arreglarás para darle el pecho a tus dos bebés. Lo mejor es que te informes previamente. Acude a un grupo de apoyo a la lactancia y consulta. Desde aquí, os dejamos el enlace de www.multilacta.org, un grupo de apoyo especializado en el amamantamiento múltiple, donde podrás realizar consultas (tel.: 636096351).

martes, 12 de julio de 2011

Extracción y conservación de la leche materna o vuelta al trabajo

La temida “vuelta al trabajo”


Periodo de adaptación:
La vuelta al trabajo es un cambio y como todo cambio conlleva un periodo de adaptación para la madre, para el bebé y para el resto de la familia. Con un adulto se hace más o menos fácil porque existe una comunicación verbal fluida para compartir nuestras inquietudes. Pero en el caso del bebé estas inquietudes las va manifestar de distintas formas y con distintos comportamientos que deberemos atender y entender durante este periodo de adaptación.
Para esto es importante que haya un clima relajado y de tranquilidad y así poder comprender lo que nuestro bebé nos está diciendo.


Organización:
Para poder favorecer este ambiente tenemos que tranquilizarnos nosotras ¿Cómo? Pues con una pequeña preparación.
Saber lo que nos podemos encontrar puede calmar nuestros miedos. Y saber qué es lo que podemos hacer puede incluso hacerlos desaparecer.
En primer lugar hay que organizar esa vuelta al trabajo:
¿Cuánto tiempo estaré fuera? ¿Quién estará con el bebé? ¿Esta persona, vendrá a casa o será el bebé quien vaya? ¿Con que se alimentará? Etc…
Una vez claros estos puntos, una de las cosas que más nos van a inquietar, si es que hemos decido seguir con la lactancia materna, será el tema de la extracción de leche, sobre todo si el bebé está con lactancia exclusiva y a demanda.
¿Cómo me saco la leche?, ¿como la conservo?, ¿Cuánta me saco?, ¿Tendré suficiente? ¿Cuánta cantidad se tomará?, ¿Querrá el biberón?, ¿Dónde me saco la leche?, ¿Cómo la llevo a casa?...Bueno pues a todo esto vamos a responder.

Extracción de leche
En primer lugar sacarse la leche es una técnica, que como cualquier otra necesita un aprendizaje y período de práctica.
Es una técnica que puede ser sensible a nuestros cambios físicos como el estrés, cansancio,…y emocionales como que el simple de pensar en nuestro bebe desencadene el reflejo de eyección.
Por lo tanto sería totalmente erróneo utilizar esta técnica para saber cuánta leche tenemos. Porque la cantidad que extraigamos va a depender de todos estos factores (destreza, cansancio, estrés, tranquilidad, etc…). Y hay que tener en cuenta que el sistema de succión del bebé es más perfecto que cualquier sacaleches.
En segundo lugar una cosa que tranquiliza mucho es tener una pequeña “despensa” cuando nos pongamos a trabajar

¿Cómo me saco la leche?
Medidas higiénicas:
1. Lavarse las manos meticulosamente con agua caliente y jabón
2. La ducha diaria es suficiente para la higiene del pecho
3. No usar jabones antibacterianos, ni lociones o geles con alcohol.
4. Evitar hablar o tocarse la cara, la nariz o la boca con un pañuelo mientras realizamos la extracción.
5. Los recipientes y las partes del extractor deben lavarse meticulosamente con agua caliente y jabón y una vez al día esterilizar.
6. Dejar secar tapados y cubiertos con un paño limpio.

Técnica de extracción mecánica:
1. Lavarse a conciencia las manos con agua caliente y jabón.
2. Buscar el momento y lugar idóneo
3. Realizar un masaje en el pecho y luego una estimulación en el pezón
4. Colocar el pezón centrado en el extractor.
5. Realizar, con la palanca, movimientos cortos y rápidos para crear el vacio
6. Una vez creado el vacio realizar movimientos largos y pausados. No es preciso apretar hasta el fondo, nos podríamos hacer daño.
7. Permanecer unos 5 a 7 min en cada pecho repetir hasta que el flujo de leche sea lento.
8. Guardar y conservar la leche hasta su uso.
a. Relajarse
b. Beber algo caliente o frio
c. Un masaje en la espalda
d. Tener a mano una foto del bebé
e. Un lugar silencioso y privado
f. Masajear, frotar y sacudir


Técnica de extracción manual: (técnica de Marmet)
1. Se coloca el pulgar y los dedos índice y medio en forma de “C” a 3 o 4 cm del pezón.
2. Se empuja con los dedos hacia detrás sin separarlos
3. Se ruedan los dedos y el pulgar hacia el pezón. Rodar no deslizar. 4. Se van cambiando los dedos de posición, para vaciar otras partes del pecho, se deben utilizar ambas manos en cada pecho.
5. Extraer la leche de cada pecho de 5 a 7 min.
6. Masajear, frotar y sacudir
7. Extraer una vez más de 2 a 3 min.
8. Los tiempos son orientativos para una lactancia establecida.

¿Cuándo me saco la leche?
Podemos aprovechar las prácticas para ir almacenando en pequeñas (50ml) cantidades de leche.
Una buena manera de empezar es teniendo el bebé cerca, incluso aprovechar en el momento en que este haciendo una toma. Porque él ya es un experto en provocar esa subida de la leche, que tanto nos cuesta cuando estamos empezando a practicar la extracción. Solo hay que encontrar la postura más idónea para poder hacer las dos cosas, que suele ser colocarnos al bebé en la posición “de rugby”.
Otro momento idóneo será hacerlo entre tomas. No hay que preocuparse por si después le quedará leche al bebé. Claro que si!! (“donde hay siempre queda”). Es más de esta manera no es que le estemos quitando leche, sino que estamos contribuyendo a aumentar nuestra producción. Por ello conviene aclarar que esto se debe realizar cuando la lactancia esté bien establecida.
En los casos en los que nos tengamos que provocar nosotras la subida es muy importante realizar un buen masaje en el pecho, la estimulación del pezón y sobretodo buscar un sitio relajado y estar tranquilas.
Después ya en el trabajo una foto del bebé nos ayudará a provocar la subida y sobre todo la práctica que hayamos adquirido.

¿Cuánta leche le dejo?
No podemos saber a ciencia cierta cuanta cantidad tomará nuestro bebé, si tomará algo, o si nos esperará a que lleguemos. De esto último deberemos poner en aviso al cuidador/a, para que no se alarme ante el rechazo del bebe. Por lo tanto lo más idóneo será dejar la leche almacenada en pequeñas cantidades (aprox. 50 ml) de manera que la persona que queda al cuidado pueda ir descongelando o calentado según las necesidades del bebé.
Una vez hayamos cogido la seguida bastará con la leche que nos saquemos hoy para mañana y la de los viernes la podemos congelar para mantener “la despensa”.

¿Cuántas veces me saco?
Para respondernos a esta pregunta deberemos observar las tomas que normalmente hace nuestro bebé en el tiempo que vamos a estar fuera, para alterar lo mínimo nuestra producción. También tendremos que tener en cuenta el tiempo del que disponemos en el trabajo que a veces no es mucho. Y con todo ello buscar la opción que más se nos ajuste.

¿Cómo conservo la leche mientras estoy fuera de casa?
Podemos utilizar de algún bolso, mochila,... isotérmica donde la podamos mantener a una temperatura óptima, sobre todo para los meses de verano. Y nada más llegar a casa meter la leche en la nevera (nunca en la puerta).

¿Cómo se va a tomar esa leche?
Si el bebé aún está con lactancia exclusiva existen varias formas, taza, biberón, … No intentemos acostumbrar nosotras mismas al bebé al biberón, taza… días antes, porque lo más probable es que nos lo rechace. Podríamos probar que la persona que se vaya a quedar con el bebé lo intente, pero nada tendrá que ver con lo que pasará cuando nosotras no estemos presentes. Podríamos probar ausentarnos las mismas horas que cuando vayamos a trabajar, pero sería cómo acortar nuestro corto permiso de maternidad. Aprovechemos los últimos días de nuestra baja para estar con el bebé y disfrutemos de él, ya que no sabemos cómo reaccionará hasta que se dé realmente la situación. Lo que sí que es bueno es que el bebé se vaya familiarizando con la persona que le vaya a cuidar.
Si el bebé ya ha empezado con la alimentación complementaria, podríamos utilizar la leche extraída con la papilla de cereales de la mañana.
¿Cómo puede reaccionar nuestro bebé a nuestra vuelta al trabajo?
Todo el mundo sabe que cada niño es un mundo y por lo tanto es difícil predecir lo que le va a pasar al nuestro, pero sí que podemos, desde la experiencia, contar lo que se suele dar:
* Algunos rechazan al biberón, prefieren esperar a mamá, (suele ser temporal)
* Aumento de tomas cuando mamá está.
* Piden más atención y contacto de mamá.
* Aumento de los despertares nocturnos debidos a su inquietud por el cambio.
* Sociabilización con otros miembros del entorno familiar.



viernes, 8 de julio de 2011

BABIES, la película


“BABIES” cuenta la historia de 4 bebés que nacen en 4 ciudades diferentes del mundo (Mongolia, Namibia, San Francisco y Tokio) y sigue sus pasos desde que nacen hasta el primer año de vida, cuando empiezan a andar, pasando por el parto, la lactancia, el porteo y el colecho.
El documental lo dirige Thomas Balmes y se estrenó el 16 de Abril de 2010. Por un lado, podremos ver cómo crece un bebé, desde su nacimiento hasta el año, cómo se desarrolla y cómo interactúa con su entorno.
Por otro lado, podremos ver cómo el mismo entorno (la ciudad, la cultura y las costumbres en las que crecen) puede afectar al desarrollo, al crecimiento personal y al carácter de los cuatro bebés, cuyas vidas podrían ser muy diferentes si hubieran nacido en el lugar de alguno de sus compañeros de documental. Podéis ver la película completa aquí:

http://www.megavideo.com/?v=LRRFUC6Z

jueves, 7 de julio de 2011

Pezones planos o invertidos


Los pezones planos o invertidos no deberían ser un problema para la lactancia pues los bebés no maman del pezón sino del pecho. La mayoría de los pezones invertidos están rodeados de tejido suficientemente protráctil como para que el pezón protuya con la estimulación o la succión, e incluso después de unos cuantos días de lactancia se mantengan hacia fuera incluso entre toma y toma.
Los verdaderos pezones invertidos en los que los filamentos musculares que hacen revertir el pezón no existen o son muy cortos son extremadamente raros y comportan serios problemas. El intento de amamantar o extraer leche provoca heridas y dolor importantes, ya que el pezón sale a costa de romper los tejidos internos. Incluso una madre muy motivada para amamantar lo va a tener imposible.
Por suerte, como hemos comentado, la mayoría de mujeres con pezones invertidos no tienen problemas y pueden amamantar porque el pezón queda modelado en la boca del bebé durante la succión.

Durante mucho tiempo se ha recomendado a las madres con pezones planos o invertidos hacer algo durante el embarazo para que los pezones salieran y así no tener problemas para amamantar. En 1995 en Reino Unido se hizo un estudio con 463 madres que tenían pezones planos o invertidos y se les dividió en tres grupos:
Al primero le asignaron realizar los ejercicios de Hofman 5 minutos cada día, que son estiramientos y rotaciones del pezón, durante el tercer trimestre de embarazo.
Al segundo utilizar también durante el tercer trimestre los escudos formadores de pezón.
Al tercer grupo se le asignó no hacer nada.
A las 6 semanas se entrevistaron a todas las madres y se constató que en el primer grupo lactaba con éxito el 44 por ciento de ellas, en el segundo grupo el 45 por ciento y en el tercer grupo el 46 por ciento.
La conclusión del estudio fue de que NINGUNO de esos métodos funciona.
En Australia, se hizo otro estudio con 300 madres con pezones invertidos o planos: a la mitad se le asignó realizar ejercicios de Hofman y a la otra mitad no hacer nada. No hubo diferencia en éxito de la lactancia en un grupo u otro pero un 10 por ciento de las madres que tenían asignado realizarse los ejercicios de Hofman no quisieron comenzar la lactancia materna, porque no soportaban hacerse eso y estaban convencidas que si no lo hacían no lograrían amamantar.
En cuanto al Niplette, consiste en un dedal de plástico que se coloca en el pezón, se conecta a una jeringa de 2 cm y se hace el vacío, con lo que el pezón queda succionado dentro del dedal y se retira la jeringa. Los fabricantes sugieren que la mujer embarazada lleve el dedal puesto cada día un rato más hasta conseguir una hora al día. Es efectivo pero caro y sumamente molesto y doloroso. Más pensando que un bebé consigue el mismo efecto en unas horas o un par de días.
Además todos estos métodos están haciendo sentir a la madre que sus pechos no son válidos para la lactancia y predisponiéndola a fracasar.
Los pezones planos o invertidos no son en sí mismos un impedimento para la lactancia materna aunque pueden llegar a serlo si se añaden otros factores de dificultad como:

-Inicio tardío de la lactancia (Después de las 2 primeras horas después del parto). Los bebes a la hora de vida tienen todos los instintos a flor de piel, yo siempre he dicho que en ese momento mamarían de una pared. Pasadas dos horas entran en periodo de letargo y duermen durante muchas horas. Intentar iniciar la lactancia materna en ese periodo y sobre todo después de haber recibido un chupete o biberón no suele salir bien. Lo primero que tiene en la boca un bebé crea impronta, es importante que haga impronta con el pecho, y si uno de los pezones es más plano o invertido que el otro mejor empezar con ese.
-Ofrecer biberones de leche de formula, sueros o chupetes. Porque no se parece en nada una tetina o chupete a un pezón plano o invertido.
-Uso de pezoneras, pues su uso retrasa el aprendizaje del bebé a mamar correctamente e impide el moldeamiento del pezón.
-Horarios estrictos que favorecen la ingurgitación. Una mama con pezón plano ingurgitada se convierte en una pelota, no hay por donde agarrarse a mamar. Ideal prevenirla, pero si sucede ya sabemos lo que hacer.
-Comentarios desalentadores por parte de familiares o profesionales.

La asistencia profesional en la primera toma es crucial. Posiblemente la madre esté convaleciente de la anestesia epidural, lleve una vía endovenosa y necesite ayuda para iniciarla primera toma.
Acercaremos al niño junto a la madre y a falta de pezón estimularemos con un dedo las mejillas para provocar el reflejo de búsqueda, el apoyo mandibular contra el pecho le provocará abrir la boca como si bostezara, tomaremos una porción de pecho y apuntando el pezón hacia el paladar guiaremos al niño al agarre sujetando el pecho por detrás de la areola. Una vez el niño se ha agarrado, mantener la sujeción hasta que haya succionado un par de veces y se haya creado el vacío suficiente para que el pezón quede situado en la boca y el pecho no se escape.
Si el bebé se agarra bien la primera vez, ya lo hará siempre bien.

Lactancia Materna Prolongada

Hace unos dias os dejamos unos artículos sobre Lactancia Materna Prolongada. Hoy os traemos de la mano de Ana Romero Manzano (matrona del Hospital Universitario de Canarias) y Marta Díaz Gómez (pediatra y profesora de la Universidad de La Laguna) un vídeo que han elaborado y puesto a disposición de todo el que lo desee.
Esperamos que lo disfruteis.


miércoles, 6 de julio de 2011

Lactancia y medicamentos


http://www.e-lactancia.org/
Os dejamos el enlace a una web mantenida por el Servicio de Pediatría del Hospital Marina de Denia, Alicante, en donde puede consultarse la compatibilidad de muchos medicamentos y otras sustancias con la lactancia materna.
Todas podemos tener alguna molestia durante nuestra lactancia, pues en esta página puedes ver con total tranquilidad si puedes tomarte el medicamento preescrito por tu médico de cabecera.

domingo, 3 de julio de 2011

Contactar



Hola, algunas de vosotras sabréis que en los meses de julio y agosto no celebraremos nuestras reuniones semanales dándonos un descanso para estar con nuestras familias, eso sí el descanso será presencial ya que continuaremos ofreciendo soporte y ayuda tanto en el teléfono 622 648 421 , como en el correo demareamare@gmail.com

Aprovechamos para deciros que sois much@s los que nos pedís información sobre temas que os preocupan, nos enviáis consultas y dudas a traves de los comentarios; os invitamos a contactar con nosotras a través del correo para preguntarnos aquello que os inquiete así como aportar cualquier sugerencia que queráis incluir en el blog, artículos, videos...
Os contestaremos tan pronto como nos sea posible.
Esperamos vuestras propuestas.

Un abrazo y feliz verano.

Carlos González. Gráficas de Peso

Las gráficas de crecimiento y de control de peso se han convertido en un importante elemento de referencia en las consultas pediátricas, sin embargo son un arma de doble filo ya que no son un medio diagnóstico, sino una medida de cribado (una pista sobre algo que podría estar yendo mal) y a menudo no son interpretadas correctamente.
Esto hace que se diagnostiquen bajos pesos o alturas a bebés que realmente no lo padecen derivando en suplementos innecesarios, cambio de leche materna por leche artificial e incluso introducción de alimentación complementaria antes de tiempo.
En este vídeo Carlos González explica la correcta interpretación de las tablas. Lo consideramos imprescindible tanto para las madres y padres que quieren entender el cribado de talla y peso que se realiza a sus hijos como para los profesionales que lo llevan a cabo.
Corresponde al congreso de Fedalma de 2007 (Extraído de pharmaimage.tv)
No tiene gran calidad, pero lo que cuenta es escuchar lo que Carlos dice porque es muy esclarecedor.






Videos tu.tv

Hemos realizado un resumen básico del tema para quien prefiera leerlo:
Las características de los niños amamantados no se ajustan a las gráficas utilizadas hasta ahora que estaban realizadas en base a niños alimentados con leche artificial. Es por ello que la OMS ha publicado unas tablas que determinan los estándares de crecimiento esperado para los niños de todo el mundo.

Los niños lactantes siguen un patrón algo diferente. En un primer momento aumentan un poco más de peso que los alimentados con leche artificial, pero después, a partir de los 6 meses, son los niños alimentados con leche artificial los que tienden a coger más peso. Numerosos estudios hablan de este tema asociando la alimentación con leche artificial a una mayor probabilidad de sufrir obesidad infantil.

Describiendo las tablas:
El término más conocido de las tablas es el percentil. Lo oímos a menudo: "Juan está en el percentil 25", y lo decimos mucho, pero a menudo no sabemos qué significa.
Percentil significa porcentaje. Algo así como "por cientil" (por ciento). Las tablas marcan desde el percentil 3 hasta el percentil 97.
Para hacer estas tablas se cogen un gran número de niños sanos a los que se pesa y mide para establecer luego cuál es el peso y talla habitual y cual es el crecimiento esperado.

La altura
Para explicar la valoración de la altura pondré un ejemplo: cogen 100 niños sanos y los ponen en fila ordenados del más bajito al más alto.
Si te dicen: “tu hijo está en un percentil 25 de altura” te están diciendo que está en el puesto 25. Esto quiere decir que tendrá a 75 niños por delante, que serán más altos que él y 24 niños por detrás, más bajitos que él.
Si en cambio te dicen: “tu hijo está en un percentil 97 de altura”, te están diciendo que hay 3 niños más altos que él, pero 96 que son más bajitos, siendo los 100 niños considerados sanos.
Los factores que afectan a la altura de los niños son:

•La genética: Si los padres son bajitos, lo más probable (y casi obligado) es que el niño sea bajito.

•La alimentación: En nuestro medio no está relacionado. Sólo afectaría a la altura si el niño estuviera realmente desnutrido (países en vías de desarrollo).
El típico consejo de aumentar la ingesta alimenticia para aumentar la talla no tiene ningún sentido. El resultado será un niño igual de bajito que engordará (si es que acepta ese plus de alimento).

•Las hormonas: Hay varias hormonas que regulan el crecimiento de los niños. Si hay algún problema con alguna de ellas puede derivar en un descenso o aumento del crecimiento esperado.

•Enfermedades crónicas: Algunas enfermedades alteran el ritmo de crecimiento habitual. Al ser tratadas el niño vuelve a crecer con normalidad.

El peso
Con el peso los percentiles funcionan igual, cogeríamos 100 niños sanos y los ordenaríamos según peso, sin tener en cuenta su altura. La posición de cada niño equivaldría a su percentil.
Sucede a menudo que si un niño está en el percentil 3, 10 o incluso en el 25 te dicen, por estar por debajo de la media, que es el percentil 50, que “está justito de peso”.
Si está en el 25, dicen que está justito, si está en el 10 te dicen que está bastante justito y si está en el 3 te dicen que “uy, está muy bajo de peso” (no digo que sea siempre así, pero sí a menudo y yo he sido testigo).
En los tres casos la solución suele ser que el niño coma más. Y en los tres casos lo más probable es que haya un error de interpretación de la gráfica y de concepto.
El niño que está en el percentil 3 forma parte de los 100 niños sanos que hemos cogido. Incluso si estuviera por debajo del 3, en el percentil 1, podría seguir formando parte de los 100 niños sanos, sólo que las tablas empiezan en el 3.
Recomendar a todos los niños que están debajo del percentil 50 que coman más, simplemente para que lleguen al 50, que es la media, sólo hace que la media de la gráfica deje de ser real, que se desplace hacia arriba y que niños perfectamente normales y sanos acaben pesando más de lo que se esperaba de ellos y aumenten las tasas de obesidad infantil.
Es decir, un 50% de los niños tienen que estar por debajo del percentil 50.
Lo extraño del caso es que el niño que está en el percentil 25, es un niño mal denominado “justito de peso”, sin embargo el que está en el 75, no está “pasadito de peso”. El que está en el 3 está muy bajo de peso, pero el que está en el 97 no se dice que está muy alto de peso, sino que se dice que está majísimo o enorme, siempre con una gran sonrisa en los labios.
Teniendo en cuenta que estamos en un país desarrollado y que el mayor problema nutricional del momento es la obesidad y no la desnutrición, es un poco extraño que a los que se les habla de posibles problemas nutricionales sea a la mayoría de los que bajan del 50 y no a los que lo sobrepasan.

El caminito
Las gráficas y los percentiles no marcan caminitos que los niños tengan que seguir, sin embargo muchos pediatras y enfermeras utilizan ese término: “mientras siga en su caminito, todo irá bien”.
Si vemos la imagen de arriba, podemos ver muchos puntitos de diferentes colores y líneas que parecen ser iguales que las de las gráficas.
Pues bien, los verdaderos percentiles no son las líneas que estamos acostumbrados a ver, sino los puntos.
Si hiciéramos una línea uniendo los puntos veríamos que los percentiles no son líneas rectas sino que son auténticas “sierras” y que a menudo tocan el percentil superior o el inferior.
Por lo tanto es normal que a menudo los niños toquen y traspasen percentiles superiores e inferiores. De hecho sólo un 15% de los niños de 0 a 6 meses siguen su “caminito”.