martes, 27 de diciembre de 2011

Vamos saliendo en los medios de comunicacion



Reserva de entradas


A toda la gente que está reservando mediante ingreso bancario, les pedimos por favor que nos envien un correo después con el nombre de la persona responsable, entradas reservadas y el día que se hizo.
Os pedimos esto porque ya tenemos un montón de reservas y muchas de ellas sin nombre, así seguro que nadie se queda sin su reserva y evitamos malentendidos.
Muchas gracias a todos.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Más información sobre la charla de Carlos González


Nos anima mucho la acogida que está teniendo la próxima conferencia de Carlos González en Alcoy, hemos recibido muchas consultas sobre la posibilidad de reservar plaza.

Aunque la sala esta vez es más amplia que la que acogió la conferencia de 2010, se puede hacer reserva realizando el pago en nuestro número de cuenta, especificando quién hace la reserva, para cuántas personas es y el nombre de un responsable para cotejarlo con el listado que tendremos el día 21 de Enero.

En esta ocasión os pedimos una pequeña cantidad simbólica de 2 euros porque la conferencia va a auto-financiarse, la crisis también ha llegado a los grupos de lactancia y no hemos conseguido patrocinadores que nos apoyen,exceptuando a la compañía La Dependent que gestiona el Teatro Principal.

Nos hubiera encantado haceros a tod@s este regalo pero esta vez no ha podido ser.

Lo dicho, si se quiere hacer reserva, podeis hacer un ingreso especificando bien el nombre de la persona que se encargue de las entradas, y quien quiera puede acercarse el día antes a nuestra reunión de viernes y recogerlas, para las personas que no sean de Alcoy y no puedan desplazarse, podrán recogerlas el mismo día.

Seguimos en contacto.


Nº de cuenta: Bancaja 2077 0473 75 1101096787

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Carlos González en Alcoy


Tenemos el placer de informaros que el próximo 21 de enero del 2012, tenemos al reputado pediatra Carlos González con nosotros.
Nos ha costado mucho, ya que este año no contamos (de momento) con ningún patrocinador salvo Juanfran Rozalén gerente del Teatro Principal, lugar donde se realizará el acto, es por eso que la entrada tendrá un precio de 2 euros, teniendo las socias un descuento del 50%
Empezaremos a las 17,30 con una pequeña conferencia sobre los límites, "¿Necesitan límites nuestros hijos?"A continuación una rueda de preguntas con todo lo que se os ocurra, lactancia materna, alimentación, porteo, colecho... Id pensando que preguntar y reservandos el día, ya que el aforo está limitado a 320 localidades.
A medida que vayamos teniendo cosas, os iremos informando.
Ya sabéis que para cualquier duda o pregunta podéis poneros en contacto en el número de teléfono del grupo 622 648 421 o por correo electrónico demareamare@gmail.com

Os pedimos máxima difusión.

¡¡¡ Os esperamos !!!

martes, 20 de diciembre de 2011

Vacaciones de navidad


Hola amig@s,

las mamis del grupo, nos vamos de vacaciones de Navidad, a disfrutar de nuestra familia.

Es por esto que no volveremos hasta el viernes 13 de enero en nuestro horario habitual, aunque como sabeis, seguimos al pié del cañón, tanto en el blog, en FB, como en nuestro correo, donde podeis preguntar todo aquello que os inquiete demareamare@gmail.com y como no, en el teléfono que no descansa 622 648 421.
Tomad fuerzas que el año nuevo viene cargado de sorpresas.

Os deseamos mucha felicidad, salud y que todos vuestros sueños se hagan realidad.

FELICES FIESTAS

viernes, 25 de noviembre de 2011

Al principio era la Piel

A continuación un texto acerca del contacto y ya publicamos "LA LACTANCIA MATERNA: CONTACTO Y VÍNCULO" de Yolanda González, estos textos los vamos a debatir esta tarde en el grupo de 17.00 a 18.30, esperamos que compartas tu opinión.

Marie-Thérèse Ribeyron. Traducido al castellano por Red Canguro.

Al inicio del siglo XX, la tasa de muertes de bebés en los orfelinatos americanos superaba el 60% hasta que alguien sugirió coger a los bebés en brazos varias veces al día. Esto es lo que cuenta Ashley Montagu en “La peau et le toucher” (La piel y el tacto). En el hospital de Nueva York donde se instituyó este régimen de cuidados maternales, la tasa de mortalidad de los bebés descendió bruscamente en menos de un año por debajo del 10%. “La ausencia de contacto durante los ocho primeros meses de la vida en los que el sistema nervioso es el más receptivo, y donde las otras modalidades sensoriales están todavía insuficientemente desarrolladas, puede provocar lo irreparable”, constata Arthur Janov en “L’Amour et L’enfant” (El amor y el niño).

La experiencia del contacto pleno

Desde la octava semana, el feto no tiene ni ojos ni orejas pero conoce ya las primeras sensaciones cutáneas. La ectodermis, la capa más externa del embrión, se convierte en piel y le permite entrar en contacto con este universo líquido donde baña. A los 8 meses, el útero le “encierra”. En el noveno mes, las olas le abrazan con regularidad. El pequeño feto vive sus primeras caricias. “El estado uterino nos procura el abrazo más completo, escribe Russ A. Rueger en “The Joy of Touch” (La alegría del tacto), la inserción total de un cuerpo en otro. El feto que flota en la oscuridad conoce entonces el Nirvana de la Carne. Esta experiencia marca profundamente la psique, sin ninguna duda”. Después, viene el gran viaje, la más extraordinaria de las aventuras. El pequeño feto viaja hacia la luz del día levantando una tempestad en su paso. Conoce entonces intensos y violentos abrazos.

Después, el vacío, ese choque táctil de la repentina inmersión en la nada. La antropóloga Margaret Mead habla del “choque de la piel”. El bebé entra en un nuevo mundo que vivirá y sentirá como una maravillosa sinfonía o como un desierto agonizante según sea tocado o no. Tras el nacimiento, el bebé es todo piel. El tacto es el único sentido completamente desarrollado. “Es como si todo su cuerpo fuera millones de ojos, millones de narices y millones de orejas” explica Odette Lefèvre, una quebequense cuyo doctorado versaba sobre la piel y el tacto. Los recientes trabajos de Tiffany Fields, del Medical School de la Universidad de Miami han demostrado que el tacto es un alimento esencial para los recién nacidos. En el 47% de los casos, los bebés nacidos prematuramente y masajeados durante 15 minutos 3 veces al día han tomado peso más rápidamente que los bebés dejados solos.

Según diversas investigaciones, la estimulación táctil es necesaria para el desarrollo del sistema inmunitario, digestivo y respiratorio del recién nacido. El desarrollo del sistema nervioso del cerebro depende también de las estimulaciones táctiles y los otros sentidos se desarrollarán mejor (una visión, una audición, un olfato ricos en detalles) cuanto más haya sido estimulada la piel.

Tocar para comprender

El bebé va a construir su realidad y descubrir el mundo tocándolo. Pero al principio es el mundo quien deberá tocarle a él. Sólo su piel le enseña el mundo exterior, le dice si está en peligro, le hace saber si su madre le ama o no.

El bebé obedece a su instinto de ir hacia lo desconocido siempre que lo conocido le esté asegurado. Cuando se marcha a explorar arrastrándose o gateando, vuelve regularmente a mamar al pecho materno o a hacerse tomar en brazos. Pero si lo conocido le falta, inmediatamente surge la angustia. El niño no corre el riesgo de aventurarse al exterior. Reduce sus exploraciones sensoriales. La angustia paraliza el desarrollo de la inteligencia en el niño, explica J.C. Pearce, autor de “L’enfant magique” (El niño mágico): “El niño no tocado, no acariciado, tendrá un problema relacional”, añade Ashley Montagu. No tendrá su primera “relación amorosa”. Odette Lefèvre tuvo la ocasión de verificarlo cuando masajeaba a niños autistas en el Hospital Rivière-des-Prairies durante su doctorado en 1986. Después de haber tocado y masajeado a cuatro niños de cinco a ocho años, una hora al día a cada uno durante cuatro meses, uno de ellos comenzó a hablar, los otros establecieron su primer contacto visual y realizaron juegos interactivos. “Eran niños mal amados”, dice Odette. “Mal amados porque no habían sido tocados. El contacto es el primer modo de comunicación, la primera lengua; tocándoles han comenzado a establecer las relaciones.”

Harry Harlow, uno de los pioneros en la investigación sobre la privación del contacto físico, llevó a cabo una experiencia con pequeños bebés de mono rhesus. Los que habían tenido por madres a muñecas de trapo tenían un mejor comportamiento que aquellos con madres de alambres de hierro. Los pequeños rhesus se acurrucaban contra su mama de trapo, dulce y calurosa, aunque la alimentación les era proporcionada por la fría mamá de alambre de hierro.

En el Primal Scream (Grito Primario), Arthur Janov dice: “Un ambiente amigable y caluroso más tardío en la vida no hace desaparecer los primeros traumas. La ausencia de tacto en el inicio de la existencia crea una sobrecarga de miedo que se transforma en angustia latente”. “He recibido al principio el abandono del cuerpo materno que me dejaba sólo en el desierto y en la angustia total durante las cuatro horas entre las tomas de leche prescritas. Yo lloraba, gritaba mi miedo, mi angustia, mi terror. Si no venían… me iba a morir. Nadie me respondía. Gritaba, hipaba hasta que, agotada, me refugiaba en el sueño donde al menos me encontraba al abrigo.” cuenta Jeanne.

En The Betrayal of the Body, (La Traición del Cuerpo) Alexandre Lowen enlaza la esquizofrenia al fracaso de una estimulación táctil precoz. La sensación de identidad viene de la sensación de contacto con el cuerpo. Si esta sensación falta, el individuo no sabe lo que siente, no sabe lo que es, ni de qué se trata. Y la pérdida de contacto con el cuerpo finaliza con la pérdida de contacto con la realidad.

Marcelle Geber ha observado durante un año los recién nacidos de Uganda. Portados por sus madres, estos niños se arrastran fácilmente a las seis o siete semanas y recuperan objetos corriendo a los seis o siete meses. Los niños norteamericanos cumplen la primera proeza a los seis o siete meses y la segunda entre los 15 o 18 meses. Marcelle Geber constata también que los pequeños ugandeses son menos precoces a medida que nuestra aproximación científica invadía su cultura ugandesa.

Desde principios del siglo XX, el pensamiento pediátrico se ha dejado pervertir por el movimiento conductista por el que cada prueba de amor o cada contacto físico volvía al niño demasiado dependiente de sus padres. “Coger a los niños en brazos es un riesgo de estropearles, de malcriarles”, grita bien alto el pensamiento científico. Millones de madres han obedecido de buena fe a los especialistas que sabían mucho mejor que ellas lo que sus bebés necesitaban.

Con la llegada de los nidos de las maternidades, los bebés son separados del cuerpo de sus madres desde el nacimiento, forzados a mamar un pedazo de plástico amorfo, aprisionados en horribles bonitos pijamas que no liberan más que las manos y la cabeza y aislados en una habitación durante su sueño. “Dormirse al contacto con otro es una necesidad fundamental para el bebé” afirma Anne Freud. A todo esto le añadimos la panoplia del kit del perfecto bebé: carricoche cromado, balancín mecánico y hamaca reclinable que reemplaza el cuerpo dulce y caliente de mamá. Incluso los niños amamantados no pueden disfrutar del pecho o del cuerpo de sus madres. Cuando no toman su leche descongelada en un biberón, el pecho les está prohibido por un sujetador de lactancia que sólo deja el pezón a su alcance.

Desgraciadamente, la liberación de la mujer ha predicado también la ruptura precoz de los lazos madre-hijo. Los bebés se encuentran en guarderías donde las monitoras o monitores no tienen el tiempo de prodigar las caricias tan necesarias. Cada vez más, los niños sufren de problemas de la piel. “Mal tocados. Mal llevados, mal comportados, mal encaminados, mal amados”, escribe Frédérick Leboyer en “Shantala, un arte tradicional, el masaje de los niños“. Mejor que tratar una dermatitis con pomadas, médicos mejor informados les curan alimentando su piel con masajes, aportando así las estimulaciones que faltaron al principio.

Los antropólogos y los viajeros se han extrañado siempre de no escuchar nunca los llantos de los bebés autóctonos del Gran Norte, de los amerindios, en la India, en Bali y en todas las sociedades donde los bebés son cargados constantemente contra la madre. La madre alimenta a su bebe a demanda, le mantiene al pecho o en sus brazos, le acuesta con ella hasta que él decide marchar a explorar el vasto mundo.

Al estar satisfechas sus necesidades de contacto, los bebés no tiene necesidad de señalar su ansiedad o su angustia a través de gritos o llantos. Al crecer, estos niños no se quedan pegados a su madre, no lloran antes de dormirse. Son capaces de entrar en una verdadera relación con los otros. Son les enfants magiques, los niños mágicos, descritos por J.C. Pearce. Niños felices que han vivido plenamente en su piel su primera “relación amorosa”.

Este artículo apareció en Le Guide Ressources, vol. 7, nº 4, 1991.

jueves, 24 de noviembre de 2011

DIA MUNDIAL DE LA ELIMINACIÓN DE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER





Desde el grupo de apoyo a la lactancia materna, apoyamos todas aquellas iniciativas que se lleven a cabo para luchar contra la violencia de género y mañana viernes 25 de Noviembre aportaremos nuestro granito de arena leyendo el manifiesto que a continuación os escribimos.
Quedais todos invitados a guardar un minuto de silencio y a venir a la Plaza de España a las 12,00 horas.


De mare a mare, somos una asociación que nos dedicamos al apoyo de la lactancia materna y la crianza consciente, una crianza basada en el amor, la empatía y el respeto del niño en su crecimiento. Creemos que para prevenir violencias y depresiones tenemos que mirar hacia los niños, ellos son reflejo de la dinámica familiar y social.
Por todo esto, De mare a mare siente que debe unirse a esta concentración.
Desde De mare a mare creemos que la violencia se aprende. No viene con nosotros al nacer, no está en los genes ni en las hormonas. La violencia es un engendro cultural que la historia se ha venido empeñando en mostrar como necesaria para resolver los conflictos.
Hay que sacarla de nuestras calles, de nuestros colegios, de nuestros espacios de ocio, de nuestros hogares. Sólo debemos ser INTOLERANTES con la violencia y con los violentos.
Por eso, y porque queremos otro mundo y sabemos que es posible:
· Necesitamos una educación para la no violencia.
· Necesitamos promover procesos activos de información y motivación a toda la sociedad, para adoptar formas no violentas de resolución de conflictos, ofreciendo modelos democráticos.
· Necesitamos promover procesos de socialización que cuestionen el aprendizaje de los roles de género por los cuales las mujeres y las niñas aprenden a sentirse excluidas del poder y los hombres y los niños interiorizan que les pertenece a ellos.
· Necesitamos promover valores culturales que rompan mitos y creencias sobre los conceptos de roles familiares en relación con derechos y responsabilidades de sus miembros, y meter en nuestras cabezas que los niños y niñas no son propiedad de los adultos, que no son propiedad de nadie, sino personas libres con todos los derechos que la Convención de las Naciones Unidas les otorga y reconoce.
· Necesitamos comprender las causas estructurales de la violencia en los hogares, para poder conocerla y denunciarla.
· Necesitamos dejar de tener malos modelos sociales que promueven la violencia a través de los medios de comunicación, por lo que hay que crear organismos encargados del control social ético de estos medios.
Porque las generaciones actuales y venideras no merecen recibir legado alguno de tanto sufrimiento estéril. Es nuestra responsabilidad, como miembros de nuestra sociedad, profesionales, padres, educadores y políticos, evitarlo.
Necesitamos ser felices y seguir confiando en la humanidad.

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“De mare a mare”, som una associació que ens dediquem al recolzament de la lactància materna i la criança conscient, una criança basada en l’amor, l’empatia i el respecte del xiquet en el seu creixement. Creiem que per prevenir violències i depressions hem de mirar cap als xiquets, ells son reflex de la dinàmica familiar i social.
Por tot això, De mare a mare sent que ha d’unir-se a aquesta concentració.
Des de “De mare a mare” creiem que la violència s'aprén. No ve amb nosaltres al néixer, no està en els gens ni en les hormones. La violència és un monstre cultural que la història s'ha vingut obstinant a mostrar com a necessària per resoldre els conflictes.
Cal treure-la dels nostres carrers, dels nostres col·legis, dels nostres espais d'oci, de les nostres llars. Només hem de ser intolerants amb la violència i amb els violents.
Per això, i perquè volem un altre món i sabem que és possible:
Necessitem una educació per la no violència.
Necessitem promoure processos actius d'informació i motivació a tota la societat, per adoptar formes no violentes de resolució de conflictes, oferint models democràtics.

Necessitem promoure processos de socialització que qüestionen l'aprenentatge dels rols de gènere pels quals les dones i les xiquetes aprenen a sentir-se excloses del poder i els homes i els xiquets interioritzen que els pertany a ells.
Necessitem promoure valors culturals que trenquen mites i creences sobre els conceptes de rols familiars en relació amb drets i responsabilitats dels seus membres, i ficar en els nostres caps que els xiquets i xiquetes no són propietat dels adults, que no són propietat de ningú, sinó persones lliures amb tots els drets que la Convenció de les Nacions Unides els atorga i reconeix.
Necessitem comprendre les causes estructurals de la violència a les llars, per poder conèixer-la i denunciar-la.
Necessitem deixar de tindre mals models socials que promouen la violència a través dels mitjans de comunicació, de manera que cal crear organismes encarregats del control social ètic d'aquests mitjans.
Perquè les generacions actuals i venidores no mereixen rebre llegat algú de tant de patiment estèril. És la nostra responsabilitat, com a membres de la nostra societat, com a professionals, com a pares, com a educadors i com a politics, evitar-ho.


Necessitem ser feliços i seguir confiant en la humanitat.

LA LACTANCIA MATERNA: CONTACTO Y VÍNCULO



Texto de Yolanda González
“En el inicio damos la vida,luego, el alimento pero siempre, EL AMOR”(Cita de autor anónimo.)

El amor, el contacto emocional, la empatía, son conceptos fundamentales para dar sentido a la primera relación y más privilegiada de un ser humano: la relación madre-bebé. Socialmente, se parte del “supuesto” de ofrecer la suficiente cantidad/calidad de amor de padres-madres a hij@s. Sin embargo, no siempre lo que creemos dar es lo que logramos transmitir y sobre todo, no siempre coincide con las necesidades de los receptores: los más pequeñ@s.


A veces, estamos demasiado ocupad@s en otras exigencias cotidianas y nos alejamos de “contactar emocionalmente” con las demandas afectivas de nuestr@s hij@s. Sin embargo, su necesidad insaciable de amor, requiere de una continuidad estable para la constitución del vínculo afectivo, continuum que debe estar presente como expresión firme y como hilo conductor durante todas las etapas del desarrollo psico-afectivo infantil. Todos los períodos de este proceso de crecimiento son importantes: el embarazo y el parto son la base, pero no menos esenciales lo son los primeros siete años de vida para la consolidación de una mínima base de salud bio-psico-social. Partiendo de esta premisa de continuidad, vamos a centrarnos en el CÓMO de la Lactancia, en este caso, natural (siendo extensible a la artificial).

El AMAMANTAMIENTO (Oralidad), representa además de un factor nutritivo saludable a nivel global, la posibilidad de continuar con el“Contacto” que le da seguridad cuando accede al mundo exterior. Es la posibilidad de ir creando un vínculo afectivo seguro, en base a la“interacción” que activamente mantiene con su madre. Stern y otrosautores, hablan del diálogo que inician los bebés y secundan las madres de forma armónica o disarmónica. Pero sobre todo, representa la potencialidad de ir experimentando “experiencias de PLACER”: Si el parto es una experiencia sexual, la lactancia es la expresión primera de la sexualidad en la experiencia de un ser humano.

Sin entrar a citar autores, ni profundizar en esta fase del desarrollo,“la oralidad” que se inicia con el contacto de la boca del bebé en el pecho materno, le permite satisfacer no sólo una función nutritiva sino también y sobre todo durante los tres primeros años, una gratificación de su necesidad de placer. Si esta experiencia oral con la doble función señalada, tiene un hilo conductor estable de permanencia en torno al placer, paralelamente el bebé podrá ir integrando una percepción del mundo externo, cada vez más positivo y menos amenazante. Porque realmente, la oralidad es también una forma de exploración del mundo exterior, que de forma natural comienza con el propio pecho materno, se extiende más tarde al rostro de la madre y luego al entorno. Y así progresivamente se irá estructurando su psiquismo, en base a progresivas experiencias que pueden ser placenteras o displacenteras, en función de la relación vincular que establezcan el bebé y su mamá.


Muchas manifestaciones psicopatólogicas en edades posteriores (relacionados con síntomas diversos) podrían evitarse, si hubiera un buen abordaje durante este periodo de la lactancia natural.


Continuando con el establecimiento del vínculo, también la PIEL, es un continente que necesita ser recorrido a través de caricias, masajes y del contacto epidérmico directo del cuerpo materno y del pequeñ@. Es importante, porque permite al bebé ir reconociendo sus límites/fronteras corporales respecto al exterior. Sin embargo, la realidad es que tocamos poco a nuestros bebés: numerosas publicaciones como por ej. ésta, afirman que: “los españoles miman poco a los bebés”(D.V.) por temor a malcriarlos. Y paradójicamente, como sabéis recientes investigaciones (Baylor College of Medicine) han descubierto que los niños que reciben pocas caricias y tienen pocos estímulos “desarrollan cerebros entre el 20% y el 30 % más pequeños que lo normal para su edad”.



También se ha corroborado que la falta de interacción activa madre-bebé, es nefasta en los primeros años de vida: madres depresivas, tienen bebés con un nivel más bajo de pautas de actividad cerebral en sus hijos; es lo que se denomina “cerebros tristes”.

Dentro de esta progresiva estructuración biológica y psicológica, la MIRADA, es otra función vital para el desarrollo de la salud, no suficientemente valorada.

Durante la lactancia, los bebés necesitan mirar, enfocar, disfrutar de los ojos maternos para ir progresivamente saliendo de la indiferenciación (yo-no yo) que los caracteriza. Durante el amamantamiento, no hay mayor atracción para el bebé que los ojos maternos. Quedan embrujados y también nos embrujan con su genuina mirada. La mirada es, presencia, contacto emocional, reconocimiento de la existencia del otro...De esta forma: La oralidad El contacto ocular El contacto epidérmico Y la presencia afectivo-emocional-energética, van progresivamente consolidando una relación estrecha entre madre-hij@, que se expresa a través de la manifestación del vínculo.


Hay numerosos estudios en el reino animal (monos Rhesus) y la especie humana (“hospitalismo”), que demuestran que cubrir las necesidades físicas primarias (alimento, sueño, higiene..), si no van acompañadas de contacto físico, seguridad emocional y amor, generan serios trastornos en el comportamiento, como son entre otros: actitudes de retraimiento, aislamiento, depresiones, y un largo etc., además de un profundo sufrimiento emocional.

Someramente, podemos afirmar, que el vínculo tiene una base biológica que cumplió un mecanismo de protección primaria: la garantía de supervivencia de la especie. (cito ej.) En nuestra especie, es un largo proceso que se caracteriza por una relación asimétrica: el adulto “debe” adaptarse al ritmo biológico del bebé para favorecer el vínculo seguro, y no a la inversa como algunos manuales pediátricos todavía a veces aconsejan.

La característica más sobresaliente del vínculo, es la tendencia natural a lograr y mantener un cierto grado de proximidad corporal con respecto a la figura de apego, que permite contacto físico y sensorial ocular privilegiado, es decir vigilancia con la mirada por parte del bebé-niñ@ de los movimientos de la figura vincular. Otra característica es su jerarquía: esto significa que existe una preferencia por una figura de referencia que luego se amplía progresivamente.



Generalmente esta figura recae en la madre biológica,si es la que otorga los cuidados y la atención emocional adecuada. ¿Qué posibilita y cuál es la función de esta base segura a nivel evolutivo que proporciona el vínculo? Básicamente, la posibilidad de exploración del mundo exterior. Sólo exploramos si estamos seguros.Aunque la teoría del attachment afirma que comienza a observarse en nuestra especie a los 12 meses de vida con el inicio de la locomoción, se observa mucho antes en la relación madre-bebé. ¿Cómo intenta mantener el vínculo el bebé que interactúa activamente con su figura vinculante? A través de dos manifestaciones emocionales: la sonrisa: buscando activamente la interacción con el adulto y el llanto: cuando desaparece el otro de su campo visual.


El LLANTO, es su gran y única expresión no verbal para transmitir sus necesidades internas y afectivas. Cuándo un bebé ve amenazada la estabilidad del vínculo, aunque sea en separaciones breves maternas, se establecen tres etapas de respuesta ante la separación (descrita por varios autores), que manifiestan la vivencia de desolación temporal que vive el pequeñ@ Viva protesta: a través del llanto. Desesperación: si continúa la ausencia no deseada Retraimiento: son los bebés buenecitos, pasivos, que ya no protestan. La respuesta altamente adaptativa, es la primera: busca el reencuentro con su vínculo afectivo, para recobrar la seguridad y poder volver a explorar el mundo. (cito ej. en la exposición verbal)

Sin embargo, el llanto del bebé no es interpretado según su código no verbal. Es algo que personalmente, me llama mucho la atención y no deja de despertarme sorpresa y malestar pese a haberlo observado demasiadas veces en la vida cotidiana. Afortunadamente, en la consulta, los padres-madres, están en disposición de una mayor apertura para leer el mensaje emocional del llanto de sus bebés. ¿Qué expresa? ¿por qué nos cuesta tanto entenderlo y a veces atenderlo?

El llanto no es otra cosa, que una llamada de NECESIDAD. Y digo necesidad porque decir llamada de atención, suele malinterpretarse con peligro de malcriarlo. Es una llamada de necesidad para mantener íntegra su confianza en sí mismo y en la vida.

Una revista prestigiosa americana, publicaba textualmente “si un bebé de 2 ó 4 meses llora a la noche, no necesita comer. Hay que dejarle llorar de 5 a 10 minutos, pues tiene que acostumbrarse a dormir. Para ello, no hay que cogerlo en brazos. Hay que ayudarle a que “entienda”que debe estar en la cuna y no en brazos de sus padres.” En la misma línea va el libro de “Duérmete niño”, tan vendido y cada vez más aceptado socialmente. Esto entronca con lo que planteaba al inicio de mi exposición: los bebés y niñ@s son vividos en demasiadas ocasiones como un“estorbo” para nuestra vida cotidiana tan ocupada, y máxime cuando no se respeta la necesidad de la madre de “NO” conciliar trabajo y maternidad como ideológicamente y socialmente se pretende. Es decir, puesto que no somos máquinas, si debemos trabajar por falta de una política laboral adecuada que fomente y reconozca la función maternal durante los primeros años de crianza, es casi seguro que libros como el citado sean un best-seller por propia supervivencia (trabajar y no dormir son incompatibles por sentido común). A través de recomendaciones como la de dejar llorar para que aprendan a dormir, se aborta “la fase de protesta” tan esencial, para el logro del reencuentro necesario por parte del bebé.



Afortunadamente, la sensibilidad de muchos padres y madres, lleva a desechar semejante consejo cultural que carece de fundamento para la seguridad afectivadel bebé.

La O.M.S, retoma el sentido común, o la capacidad de contacto con las necesidades de los bebés, diciendo textualmente: “cuando un bebé llora entre un amamantamiento y el otro, el motivo no acostumbra a ser el hambre. Por el contrario, es una llamada de atención, para recibir mejores cuidados y más mimos” . Y continúa, en definitiva “pide que le tengan en brazos más a menudo”.

Sin embargo, la presión social y cultural contra el ejercicio del cuidado natural, es enorme en la actualidad. De ahí la importancia capital de los grupos de “apoyo a la crianza” y de las “escuelas de padres.”

En mi experiencia profesional, es el lugar dónde los padres se sienten apoyados, reconfortados y reforzados en su función paternal-maternal. Es una auténtica experiencia de prevención y de promoción de la salud infantil. Y personalmente, la más gratificante. ¡Cuántas consultas posteriores podrían evitarse si durante los primeros años de vida prestáramos la atención adecuada al desarrollo psicoafectivo infantil..

!Finalizo señalando, que no debemos olvidar que el bebé-niñ@, es un ser vulnerable y dependiente de su entorno afectivo. Y que esta característica, NO es ninguna deficiencia, sino un requisito indispensable para poder garantizar la recepción de nuestra atención afectiva, la estructuración de su carácter, y la formación de un vínculo seguro y satisfactorio, garantía para la constitución de posteriores vínculos adultos.

En definitiva, la lactancia materna, prolongada y a demanda (más allá del año y preferiblemente hasta los tres, aproximadamente), cuando se realiza respetando el ritmo y las necesidades afectivas del bebé, es una de las capacidades emocionales y biológicas que debemos preservar en beneficio del desarrollo saludable del bebé-niñ@, en el plan ocorporal, emocional y social. Es un reto para la sociedad en su conjunto (Instituciones, profesionales y usuarios: requiere un cambio de actitud), mirar la primera infancia desde el enfoque de la salud.

Esta nueva mirada, exige como condición un abordaje integral comunitario, desde el embarazo, a través del parto y por supuesto durante todo el proceso de crianza.

Reivindiquemos que la lactancia materna y el vínculo amoroso, sean la guía para la recuperación del simple y valioso sentido común o capacidad de contacto durante la crianza.

Luchemos por recuperar el derecho de todo bebé-niñ@ a ser respetado en sus necesidades de amor y de ritmo natural.

La infancia, es el futuro.


*Yolanda González es Psicoterapeuta reichiana/orgonterapeuta(A.P.I.R). Especialista en Promoción y Prevención de la salud infantil.

Formadora de Prevención infantil en el ámbito privado y público. (Máster. Profesorado. Padres)


Bibliografía:· BOWLBY,J. El vínculo afectivo. Barcelona. Paidós;1997.· Idem. Separación afectiva. Barcelona. Paidós; 1999· Idem Una base segura: aportaciones clínicas de una teoría del apego.Barcelona. Paidós; 1996· GONZÁLEZ, C. Bésame mucho: cómo criar a tus hijos con amor. Madrid.Temas de hoy; 2003.· MARRONE, M. La teoría del apego: un enfoque actual. Madrid; Psimática, 2001.· MONTAGÚ, M.F.A; MASTON, F. El contacto humano. Barcelona. Paidós; 1983.· ODENT, M. El bebé es un mamífero. Madrid. Mandala; 1990· Idem El agua, la vida y la sexualidad. Barcelona. Urano;1991.· SPITZ, R.A. El primer año de vida del niño. Madrid. Fondo de CulturaEconómica de España;1990· STERN, D.N.; BRUSCHWEIRLER-STERN, N.;FREELAND,A.El nacimiento de unamadre: cómo la experiencia de la maternidad te cambia para siempre.Barcelona. Paidós;1999.· WINNICOTT, D.W.Conozca a su niño. Barcelona. Paidós;1994· Idem Los bebés y sus madres. Barcelona. Paidós; 1998· Idem Los procesos de maduración y el ambiente facilitador.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Mi experiencia con el inicio de la lactancia

Este es el relato de María, Moises y David. Un relato acerca de la experiencia de una recien estrenada madre con la de un bebé prematuro, Moises, y la lactancia materna y de como esta se instauró con el metodo Piel con Piel.Una historia cercana de uno de los miembros del grupo De Mare a Mare que esperamos os sirva.

Gracias a los tres por compartirlo con todos nosotros.
(Fotografía de María y Moises)

EL MILAGRO DEL CONTACTO PIEL CON PIEL

Moisés nació antes de tiempo, en la semana 35; después de un mes de reposo con riesgo de parto prematuro. En el hospital decidieron que lo mejor para Moisés era estar en la incubadora unos días para poder comprobar si todo su organismo funcionaba bien. Para su padre y para mi fue un golpe muy duro. Rápidamente tuvimos que adaptarnos a la situación, empecé a estimular mis pechos para que empezaran a producir leche, intentábamos acariciarle todo lo que podíamos cuando íbamos a visitarle a la incubadora, con nuestras manos envueltas en unos guantes de látex.
Tres días después, lo pasaron a la cuna-nido, y yo podía entrar cada tres horas para alimentarlo. Le ofrecí el pecho, pero no lo cogía, lo intenté varias veces, no entendía porqué no lo quería, lo abracé entre mis brazos, que notara mi calor, el latido de mi corazón, mamá estaba con él, deseaba que lo sintiera, era lo máximo que podía ofrecerle. Paso el tiempo de la visita y no se cogió al pecho. Salió una enfermera que entendió mi situación y me ayudó a darle un biberón, y me despedí de él, hasta tres horas después no podría volver a verlo.
A lo largo del día, en las siguientes visitas, se fue cogiendo al pecho, aunque no sacaba nada, seguía sin entenderlo, sabía que tenía leche, hasta ese momento había estimulado mis pechos y Moisés había sido alimentado con la leche que me había sacado.
Al día siguiente, por fin podíamos llevarnos a Moisés a casa. Aunque ahí no acabaron los problemas. Moisés seguía sin sacar leche de mis pechos, por tanto la pediatra nos sugirió ofrecerle una lactancia mixta hasta que sacara leche, pero, y eso ¿cómo se hacía? Tampoco fue fácil. Rápidamente llamamos a una amiga de David, miembro de “de mare a mare”, y nos dio unas recomendaciones que hasta unos días después no entendimos bien el poder que tenían: que tuviésemos a Moisés en contacto piel con piel todo el tiempo posible, que intentásemos estar relajados, en un ambiente de tranquilidad, y que confiásemos en Moisés, porque él sabía lo que necesitaba.
Esa misma tarde dormí la siesta con Moisés encima, los dos desnudos y tapados con una mantita, fue un momento muy chulo, pero además, justo después de esa siesta, cuando se enganchó al pecho, nos dimos cuenta de que sí estaba sacando leche. David y yo estábamos emocionados, no sabíamos si era por el contacto piel con piel que habíamos tenido, pero lo cierto es que en lo que quedó de día no volvió a sacar leche, se enganchaba bien, pero no sacaba nada.
Al día siguiente, volví a dormir la siesta con él igual que el día anterior. Y cuál fue nuestra sorpresa al ver que cuando se despertó, se enganchó al pecho y ¡volvió a sacar leche! Ahora sí estábamos seguros que había sido el contacto piel con piel. Nos parecía mágico, pero lo habíamos experimentado nosotros mismos.
Desde ese momento, decidimos que tendríamos a Moisés en contacto nuestro constantemente. Y ese fue el final de nuestro problema con la lactancia. Moisés empezó a pedir teta casi constantemente, y dejó de querer biberones. Para David y para mi fue una tranquilidad, y un placer tener a Moisés siempre con nosotros.
Gracias a ese contacto (¡para nosotros milagroso!), llegamos a compenetrarnos con él muy rápidamente, era más fácil estar atentos a sus necesidades, fuimos notando cómo Moisés se iba relajando, y prácticamente todo empezó a fluir mucho mejor.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Que no, que la leche de vaca no produce mocos

El frío parece que ya llega para quedarse, así que acompañándole llegan los resfriados, los mocos, las bronquitis, las laringitis y en definitiva todos los “itis” que estén asociados al sistema respiratorio.

Esto hace que muchos padres busquen prevenir antes que curar y busquen soluciones antes de que aparezcan los problemas. Entonces es cuando llegan los diálogos entre padres del “a mí me funciona esto” y el “a mí me va genial con…”, entre los que se encuentra la frase: “yo leche no les doy, porque produce mocos”.

Así que cuando un niño se resfría o enferma, además de tomar las medidas pertinentes para solventar los síntomas, muchos padres dejan de dar leche a sus hijos. Otros, aún más atrevidos, no les dan aunque estén sanos, para evitar el primer moco.

La realidad es que, a día de hoy, no hay ninguna evidencia que pueda demostrar que la leche de vaca produce mocos y si no se puede demostrar que exista dicha relación se puede decir que se trata de un mito o de una leyenda urbana sin fundamento que está haciendo que muchos niños no tomen leche.

Leche y mocos, juntos, pero no revueltos

Lo que tienen en común los mocos con la leche es que los que más viven con ambas cosas son los niños. Los primeros años de los niños son un ir y venir de infecciones de todo tipo, básicamente porque los niños son personitas cuyo sistema inmunológico es todavía inmaduro y no solo lo cogen todo, sino que les cuesta soltarlo. Si a esto sumamos que hoy en día la mayoría va a la guardería o al colegio, tienes un montón de niños juntos que se van pasando los virus como quien se pasa una pelota.

En esos primeros años los niños beben mucha leche y lo hacen porque es uno de los alimentos esenciales en esa etapa: es fuente de calcio y vitaminas (sobretodo A y D) y contiene lactosa, que ha demostrado ser un elemento importante a la hora de absorber correctamente el calcio.

Entonces, coincidiendo en el tiempo un alto consumo de leche (materna, artificial o de vaca) con un gran número de infecciones, toses y mocos, alguien debió de hacer una de esas asociaciones absurdas que acaban calando hondo y que llegan a generar un consejo de salud (“deja la leche, que produce mocos”) que mucha gente acaba siguiendo porque se lo cree.

Pero, podemos vivir sin leche

Se duda mucho de la conveniencia de tomar leche de vaca o no hacerlo los primeros años, hasta el punto que muchas familias han dejado de dar leche de vaca a los niños, sustituyéndola por bebidas a base de soja o almendra, que poco tienen que ver con la leche (empezando por que ni es leche, ni tiene lactosa, por ejemplo).

La realidad es que sí, los niños necesitan beber leche. Prueba de ello es que durante los primeros años todos toleramos (excepto los que nacen ya con la intolerancia) la lactosa sin problemas para después ir perdiendo las lactasas, enzimas que digieren la lactosa. Esto es porque venimos preparados para tomar leche de nuestra madre y, una vez hecho el destete, las lactasas empiezan a disminuir (más o menos se calcula que un niño que después del periodo de amamantamiento no toma lácteos de vaca tendrá, a los 4 años, un 90% de la lactasa que tenía cuando era más pequeño).

Si un niño, tras destetarse, sigue tomando lácteos de vaca de manera habitual, lo más probable es que siga produciendo lactasa y no llegue a ser intolerante, aunque hay un 15% de personas que en la edad adulta sí tendrá dicha intolerancia (hablo de España).

Los adultos podemos vivir sin leche, como podemos vivir sin fruta, sin verdura o sin pan. Otra cosa es que sea recomendable hacerlo o que simplemente encontremos las fuentes de calcio y vitaminas en otra parte. Los niños, en cambio, sí necesitan leche: es lo primero que buscan cuando nacen y es con lo que se alimentan de manera exclusiva los primeros seis meses. Pasados esos meses, e incluso pasados los 4 años que hemos mencionado más arriba, sigue siendo igual de buena e igual de recomendable.

Pero el médico me dijo…

Lo más extraño del asunto, o quizás no tanto, porque muchos consejos médicos carecen de fundamente científico, es que muchas veces son los propios médicos y pediatras los que recomiendan evitar los lácteos en época de mocos. Esto hace que muchos niños no estén tomando leche en una época en la que necesitan más calcio que nunca, porque están creciendo.

No es que no se pueda vivir sin leche, que ya hemos dicho que se puede, el problema es que muchos niños, si no toman leche, podrían no llegar a tomar el mínimo de calcio necesario o tomarlo y no llegar a absorberlo correctamente.

Repito: no hay relación entre los mocos y el consumo de leche, así que si tu hijo tiene mocos, que beba mucha agua y que siga bebiendo leche y comiendo yogures y queso como siempre.

Vía Bebés y más por Armando

miércoles, 19 de octubre de 2011

Contra el cancer de mama

Vía Sina.
¿Qué esperan los ministerios de salud para convertir la lactancia materna en una de sus prioridades? La lactancia previene el cáncer de mama.


La Asociación Española contra el Cáncer (AECC) acaba de celebrar, el 19 de octubre el Día Internacional contra el Cáncer de Mama, una fecha importante de la que todos los medios se han hecho eco porque el cáncer de mama es la segunda causa de mortalidad femenina en España.
Más de 16.500 mujeres son diagnosticadas anualmente de esta enfermedad. El 80% de ellas lo supera tras duros tratamientos.
Se nos informa continuamente sobre la importancia de la prevención: ejercicio, dieta, evitar el tabaco… pero se olvidan de algo efectivo para miles de mujeres y gratuito: la lactancia materna.
Carlos González, pediatra, experto en lactancia materna y autor de “Un regalo para toda la vida”, “Bésame mucho” y “Mi niño no me come”, explica en este contundente artículo que la lactancia puede evitar un 11% de casos y que
las mamografías son discutibles, recuerda el negocio que hay detrás de la alimentación artificial de los bebés, recrimina a las autoridades su estrategia centrada en radiografías y les demanda que apoyen a las madres que desean optar por la lactancia desde todos los frentes.
El artículo se titula “La lactancia evita el cáncer de mama” y fue publicado hace dos años en la revista Única, que ya no se edita:
Por cada 12 meses más de duración media de la lactancia materna, se podrían evitar, en los países desarrollados, 50.000 casos de cáncer de mama al año, un 11% del total, según los resultados de 47 estudios realizados en 30 países por el Grupo de Colaboración sobre Factores Hormonales en el Cáncer de Mama.
Las autoridades sanitarias luchan desde hace décadas contra el cáncer de mama. Al principio se aconsejaba la autoexploración, ¿se acuerda? Hace ya mucho que se demostró que no sirve para nada.
Ahora se promocionan las mamografías periódicas. Su eficacia es muy discutida, pero al menos algunos expertos creen que pueden servir para algo. No para evitar el cáncer, sino para detectarlo pronto y poder curarlo, lo que los médicos llamamos “prevención secundaria”.
Se dedica mucho dinero a realizar cientos de miles de radiografías, a formar a cientos de especialistas que las practican, a escribir cartas que recuerdan a las mujeres que ya les toca la prueba. Y cuando en esas radiografías se detecta algo no es el fin, sino apenas el principio de años de duros tratamientos, muy costosos para el sistema sanitario, enormemente angustiosos y dolorosos para las pacientes, sin éxito asegurado.
En cambio, la lactancia es una “prevención primaria” de miles de mujeres que se evitarían así la biopsia, los efectos secundarios de la medicación, los riesgos de la intervención… jamás tendrían cáncer. De momento es la única estrategia conocida y aplicable para prevenir el cáncer de mama (tener muchos hijos también ayudaría, pero hay que reconocer que no es tan fácil de aplicar).
Sólo por eso, por prevenir el cáncer de mama, deberían los gobiernos gastar millones en ayudar a las madres lactantes, impulsar los hospitales amigos de los niños, formar a los profesionales, alargar el permiso de maternidad… Pero es que además la lactancia materna previene el cáncer de ovario, la osteoporosis y la anemia en la madre. Y todo esto es apenas nada comparado con los efectos sobre la salud del bebé.
¿Qué esperan los ministerios de salud para convertir la lactancia materna en una de sus prioridades?
Pero (siempre hay un pero), el aumento de la duración de la lactancia significaría que casi ningún niño tomaría el biberón. Hace mucho tiempo, cuando aún había pesetas, los niños españoles consumían cada año unos 20.000 millones de pesetas en leche de biberón. La realidad es que la lactancia materna es buena para la salud de todas, pero es mala para la economía. De algunos.
Carlos González
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Artículo “La lactancia evita el cáncer de mama” publicado hace dos años en la revista Única, que ya no se edita.


“Dar la bienvenida a la vida"






La Plataforma Pro Derechos del Nacimiento sostiene que cómo nace y es recibido el bebé condiciona su futuro.

Es una entidad que se define como «el vínculo entre profesionales y padres que quieren mejorar la llegada de los bebés a la vida». En este sentido, considera vital la época de gestación, nacimiento y primera infancia de los niños.


Difunde las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud en materia de salud materna fetal, proponiendo y potenciando la formación del personal sanitario que atiende a los bebés y ofreciendo información y formación a los futuros padres.


Uno de los éxitos de los que está más orgullosa es el reconocimiento de los diez derechos del nacimiento, institucionalizados en el Día Mundial de los Derechos del Nacimiento (7 de junio).


La Plataforma, sostiene que el nacimiento es uno de los momentos más cruciales de nuestra vida, de los más impactantes, y que todo lo que ocurre nos queda grabado, aunque no seamos conscientes de ello: «Desde que nos concebimos en la mente de nuestros padres, somos fecundados, nos gestamos, nacemos y los primeros años de vida, recibimos una serie de impresiones y construimos la base de nuestra personalidad y nuestro carácter.»


Según estas impresiones y sensaciones recibidas desde el inicio de nuestra existencia van a marcar el resto de nuestra vida:


«Por ejemplo, un niño concebido sin que sus padres lo estén buscando, cuya madre se entera de que está embarazada y le sienta fatal, hará que ese niño no se sienta bienvenido a la vida.

Este niño pasará el resto de su vida con esta impresión de no ser bien recibido.

Se sentirá fuera de lugar donde quiera que vaya y a lo largo de su vida recreará la misma sensación de no ser bienvenido.»


El trabajo de la Plataforma es difícil porque reivindica algo que es difícil de asumir, tanto por los padres como por los profesionales sanitarios. «Los padres que no han recibido información, por lo que no han cuidado dicha faceta del nacimiento de sus hijos», indica, «no pueden asumir a nivel emocional que eso haya podido ser un perjuicio para ellos. Eso es muy duro de afrontar y prefieren ignorarlo». Del mismo modo, los profesionales «que están todos los días atendiendo partos, tampoco pueden asumir que aunque sin intención, estén causando ningún tipo de daño a los bebes que reciben».


Ni a los padres ni los profesionales les gusta oír que están actuando incorrectamente y, por tanto, perjudicando al bebé.

Desde la Plataforma se subraya que los profesionales deberían tratar el momento del nacimiento como si fuera un ritual, teniendo en cuenta las necesidades de la madre y del niño, las preferencias de la madre, que se sienta acompañada... «Cuando sacan al niño, del cuerpo la madre, rompiendo el vinculo entre madre e hijo, que por desgracia la mayoría de las veces se hace, lo separan de la madre para lavarlo, pesarlo, medirlo... el niño pierde por unos minutos el cuerpo de su madre, o sea, todo lo que conoce. No puede entender ni dónde está, ni que sucede, no sabe dónde está su mundo.


La actuación correcta en un parto es respetar su ritmo natural, si es posible. Hay que dejar al bebé encima de la madre, que es lo que conoce.» Gracias a Dios cada día hay más profesionales que están concienciados de que debe cambiarse la mentalidad en cuanto al nacimiento. Cataluña es la comunidad que más profesionales tiene dispuestos a atender un parto fisiológico y un parto en casa.


La Plataforma dispone de una base de datos en la que aparece el 90% aproximadamente, de profesionales que trabajan preparando y atendiendo parto fisiológico en toda España.


Ángeles Hinojosa, comenta, que el nacimiento es un momento que está muy descuidado a nivel emocional en la mayoría de los casos, «porque a nivel físico se cuida muchísimo».


De igual modo que hay profesionales concienciados, también hay padres y madres que tienen muy claro que quieren un parto natural, fisiológico.


Para ello se han preparado a fondo. Ángeles Hinojosa se lamenta de que «mucha gente no entiende que tenga que prepararse para tener un hijo y que esta preparación (dice) debe empezar antes de que la mujer quede en estado».

Paciencia y respeto

La Plataforma realiza su trabajo en medio de muchas dificultades e incomprensiones. Para ello se carga de buenas dosis de paciencia y de mucho respeto, «porque no se trata de reprochar, sino de ayudar a abrir los ojos».


Ahora hay mucha más conciencia que antes, cuando «no se sabía que el niño era consciente e inteligente y que todo le afectaba. Ahora se sabe que el niño capta todo y que esta información le servirá para construir su personalidad y que marcará su futuro».


«Está comprobado que un porcentaje alto de personas agresivas, irrespetuosas y violentas han tenido nacimientos problemáticos. Por eso, todos los esfuerzos que se dediquen al nacimiento son pocos.»


La Plataforma siente que con su trabajo se le brinda una oportunidad de colaborar a cambiar la vida, de poner la base para un mundo mejor. Son pequeños pasos que se dan y que fructifican: «Vemos que los padres, como las madres, se están involucrando en el nacimiento de su hijo. Muchos hombres están involucrándose en la experiencia, viviendo el embarazo junto con sus parejas, incluso a nivel físico. Esto es un regalo para el bebé, el tener a unos padres que tanto lo desean. Si los niños se sienten amados, transmitirán amor.»

Ángeles Hinojosa

Presidenta Plataforma pro Derechos del Nacimiento

martes, 18 de octubre de 2011

LIPDUB DE PORTABEBES KANGURA


Kangura, una página web dedicada al llamado “cangureo”, que no es otra cosa que llevar al bebé en un portabebé, como si fuéramos canguros, ha realizado un lipdub con un montón de madres, padres y bebés, con un portabebés como elemento común.

Vía Bebés y Más por Armando

viernes, 7 de octubre de 2011

Feria 9 de Octubre en Alcoy

Hola:
Nos dirigimos a vosotr@s con el fin de informaros de que mañana 8 de Octubre a partir de las 10 horas realizaremos como viene siendo costumbre la Semana de la Lactancia. A diferencia de los otros años, que se realizaba en el paseo de Cervantes, este año se pondrá la mesa informativa en la Glorieta junto a la Feria del Libro.
Así que quedáis invitad@s para que disfrutéis de un día en la Glorieta.
Sin otro particular, esperamos poder vernos en el parque de la Glorieta junto la calle San Nicolás, 95, Alcoy.

jueves, 29 de septiembre de 2011

Las mujeres con mayor nivel social y educativo alargan más el periodo de lactancia

“La lactancia materna, casi imprescindible para la supervivencia infantil hace no muchos años, ha variado durante la segunda mitad del siglo XX debido, principalmente, a la aparición de la lactancia artificial”, explica a SINC Juan Ramón Ordoñana, investigador de la Universidad de Murcia y autor principal del estudio.

El trabajo, publicado recientemente en el Journal of Human Lactation, analiza cómo han evolucionado las tasas de lactancia materna en la Región de Murcia y, por extensión en España, en las últimas décadas, si se comportaban igual las mujeres que tenían hijos en los años 60’ que las que lo hacían en los 80’ o en los 90’.

La duración media de la lactancia materna ha cambiado a lo largo del periodo estudiado. “Encontramos una gráfica con forma de U”, afirma Ordoñana. “Las duraciones de lactancia materna más altas se encontraron a principios de los 60’ (61,3% más de seis meses) y a finales de los 90’ (29% para la misma duración) y las más bajas, en la década de los 70’ y 80’ (14,4% y 19,2%, respectivamente)”.

Los autores estudiaron a 666 mujeres que habían sido madres por primera vez desde principios de los 60’ hasta finales del siglo pasado. Además de recoger información sobre la alimentación de sus hijos, los expertos tomaron datos sociodemográficos, fundamentalmente el nivel de estudios que habían alcanzado.

“El efecto de un mayor nivel educativo sobre la duración de la lactancia no es siempre el mismo y depende del contexto social en que se produce”, subraya Ordoñana.

Así, las mujeres con un nivel de estudios medio o superior disminuyeron la duración de la lactancia de forma drástica al inicio de los 70’ y sus tasas se equipararon al de mujeres con menos estudios en las décadas de los 70’ y 80’. Sin embargo, posteriormente presentaron una tendencia firme al aumento (del 3,4% anual) que se mantuvo hasta el final de siglo.

Los autores explican estos resultados en la mayor facilidad de las mujeres con mayor nivel de estudios para asimilar los mensajes del personal sanitario acerca de los beneficios de la lactancia materna. “También es probable que las condiciones de sus trabajos, su nivel económico y su mayor acceso a servicios sanitarios facilitaran el mantenimiento de la lactancia materna si lo deseaban”, recalcan.

La importancia de los cambios sociales

La investigación relaciona estos resultados con los cambios sociales ocurridos y su impacto en las mujeres. Por ejemplo, se ha pasado de una estructura familiar amplia, donde convivían las mujeres de varias generaciones y se apoyaban unas a otras en el “arte de lactar”, a una familia nuclear, donde la mujer cuenta cada vez más con el apoyo emocional e instrumental de su pareja, pero no tanto con el de otras mujeres.

Igualmente, los expertos asocian esta evolución con la incorporación progresiva de las mujeres al mundo laboral, el movimiento hacia la recuperación de lo natural que apareció a finales de los 90’, la ampliación del permiso de maternidad y un amplio número de factores socioculturales que han influido en el comportamiento de las mujeres ante la llegada de sus bebés.

Además, las recomendaciones del personal sanitario en torno a la alimentación de los recién nacidos han oscilado desde la lactancia artificial durante los años 70’ y 80’, al posterior fomento de la lactancia materna, debido a los beneficios para la salud que se descubrían y a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud de prolongarla hasta los seis meses como mínimo.

Los pechos no se caen por amamantar al bebé, sino por los embarazos

Es uno de los grandes mitos acerca de la lactancia materna, pero numerosas investigaciones han evidenciado que los pechos no se caen por amamantar al bebé, sino por los embarazos.

El último estudio al respecto lo han realizado Investigadores de la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos (American Society of Plastic Surgeons, ASPS) a raíz de la preocupación de algunas madres con implantes de senos que piensan que la lactancia estropeará sus pechos.

Lo que explican los expertos es que no es la lactancia materna la responsable de que los pechos se caigan, sino los embarazos y el paso del tiempo.

El número de embarazos que una mujer tiene (no si amamanta o no) es lo que provoca que los senos se caigan con el tiempo.
Las madres operadas, preocupadas por el aspecto de sus senos después de haber invertido un buen dinero en la cirugía estética, son menos propensas a amamantar a sus bebés con éxito. La idea de que los pechos se estropearán condiciona el buen funcionamiento de la lactancia materna, reduciendo las posibilidades de que sea exitosa.

Al analizar los hábitos de lactancia de 160 madres con implantes de senos, encontraron que el 86 por ciento de las 97 madres que no lograron amamantar pensaban que la lactancia materna empeoraría el aspecto de sus senos.

Desde luego, los expertos tachan esta idea de desafortunada. Es necesaria la educación de la paciente e informar responsablemente a las mujeres sobre las verdades y mitos de la lactancia materna, recalcando sus enormes beneficios.

Tanto aquellas mujeres con implantes de senos como a las que piensan que sus senos naturales se estropearán por amamantar a sus bebés, decirles que la lactancia materna es el mejor regalo que se le puede dar a un hijo. Y fundamentalmente, decirles que eso no es así. Los pechos no se caen por amamantar al bebé, sino por los embarazos.

Los cambios hormonales, el aumento de peso en el embarazo y el número de embarazos, son algunos de los factores de riesgo implicados en la caída de los pechos de la mujer.

Vía Bebésymás por Lola Rovati

miércoles, 28 de septiembre de 2011

EL PUERPERIO NO ES UNA PATOLOGÍA

Esta es la historia de mi madre, de su madre y sus ancestros a partir de la negación de la maternidad entrañable, de la sustitución de la maternidad auténtica y su reemplazo por la fábrica de criaturas al servicio del sistema. Una historia triste y plagada de represión. Es una historia que empiezo a reescribir, teniendo en cuenta la importancia de nombrarla y la necesidad de comprenderla para que el salto sea verdadero y duradero.

Mi madre, su madre y nuestros ancestros transitaron su maternidad bajo el mandato explícito o no de sumir a sus criaturas en el desierto emocional, ya que así, las criaturas atemorizadas, cuestionarán menos el status quo. Negarles el bienestar y posicionarlas en el lugar del enemigo es la estrategia impuesta por el patriarcado. Sólo así la madre entrañable es capaz de ser reemplazada por la madre robotizada que ignora y ningunea el deseo vivo del bebe y el/la ninx en el/la cual se transforma. Sólo así se puede justificar el sufrimiento en nombre del bien y el progreso.

Mi madre padeció la última capa a este crimen, traído gracias a la modernidad y el avance de la ciencia. Su madre y las otras madres transitaron puerperios en los que el deseo murió y fue puesto en su lugar la mecanización de la crianza, aunque probablemente no se sintieron tan solas, probablemente ciertos vestigios de su condición de mamíferas fueron puestos en práctica, colmando aunque sea un poco la necesidad de sus crías.

Mi madre, madre primeriza a los 36, con una vida y una identidad puestas en el hacer, ya sin referentes a quienes recurrir, con una incapacidad para hacer pedidos concretos en cuanto a sus necesidades, y habituada a valerse por sí misma, aceptó, quizás ingenuamente, la prescripción médica de barbitúricos para paliar la desolación que trajo el nacimiento de mi hermano, en el marco de una depresión puerperal. Un psiquiatra de bata blanca, con la autoridad que eso le confiere, la sentenció a una vida de adicción y desconexión solo porque ella atravesaba un puerperio más o menos confuso.

Seguramente ella y su entorno pensaron que era lo mejor. Probablemente, nadie supo como acompañarla y sostenerla las largas horas que pasaba sola con un bebe que solo pedía y pedía, que la devoraba y la ponía en contacto consigo misma de pequeña, pidiendo y pidiendo sin recibir lo que necesitaba.

Los barbitúricos son drogas duras, con un nivel de tolerancia que se eleva a medida que se mantiene el tratamiento, por lo tanto y progresivamente, aumentaba la cantidad que había que tomar para alcanzar el efecto deseado, un efecto de aletargamiento e indiferencia. Solo así se puede tolerar el aullido de un bebe dolido por carecer.

Dos años más tarde llegué yo, y ese puerperio apenas transitado volvió a empezar con mas furia, con más pastillas, con más dolor anestesiado, colándose por las rendijas.

No tengo recuerdos de jugar con ella, tengo muchos recuerdos de persianas bajas aunque fuera de día. Ella dormía y dormía, y cuando estaba despierta no estaba presente. Seguramente se ocupaba de nosotros de alguna manera concreta y específica, estábamos vestidos, íbamos a la escuela, la casa estaba limpia. Pero cuando me veo a mí de niña, nunca la tengo cerca. La medicación psiquiátrica siempre estaba ahí (aun lo está) la frialdad siempre estaba ahí (y ahí sigue) la desconexión también y la falta básica, primaria de contacto, de brazos, de vivencias maternantes están y estarán.

Tener a mi hijo me permitió, entre otras maravillas, comprender el dolor de mi madre y el mío, ver la fisura y ponerme en acción para no repetir esta historia, que es la historia de muchas de nosotras. Nuestros puerperios son vistos desde afuera como algo amenazador, peligroso, incomprensible. Los depredadores rondan las diadas madre-bebe, dispuestos a atacar con el afán de separar. Probablemente, desde su lugar ignorante y lleno de prejuicios crean que tienen una buena intención: aliviar el sufrimiento, paliar un síntoma. Pero no comprenden que un síntoma nos está mostrando algo que debemos ver. Las personas, aquellas que provienen de la misma carencia y no han tenido la oportunidad de recorrer su historia personal, se incomodan ante el dolor del otro, entran en contacto con el propio, y han aprendido que el dolor es algo a evitar a toda costa.Por lo tanto, ni bien se asoma la dimensión oculta que nos conforma desde la sombra son capaces de sugerir las cosas más disparatadas, contradictorias y crueles para sacarnos de ese estado, para que nos mantengamos en la superficie.

Mi puerperio fue un periodo trascendental. Duro, pedregoso, donde se encontraron la vida y la muerte, propia y ajena. Fue el fin de un modo de ingenuidad con el que me desenvolví durante mucho tiempo, y a pesar de haber recorrido un camino de autoconocimiento previo a desear ser madre, fue durante el puerperio que se cristalizaron aprendizajes que sin saberlo, solo estaban en la superficie.

El nacimiento de mi hijo me permitió manejarme en otra frecuencia. Las percepciones, impresiones y visiones abruman, hipersensibilizan, y fue posible absorber lo que nos rodeaba de una manera cruda, viva, esencial.
El puerperio vivido de forma íntegra nos ofreció un tiempo místico y femenino, embebido en la más ancestral sabiduría, nos colocó en el umbral entre el pasado y el futuro, pudiendo acceder tanto a uno como a otro y así devenir madre. Fui capaz de explorar y fundirme en el deseo más primal, de dar brazos, calor y leche. Fui capaz de enloquecer y morir, entender de donde venían aquellos sentimientos ambivalentes y poner palabras sobre lo innombrable. Tuve la fortuna de estar acompañada, de conectar con otras madres, de poder derramar lágrimas y recibir abrazos. De encontrar voces que decían aquello que quería decir, pero que no sabía por dónde empezar. No me di cuenta de la importancia de la red hasta que la tuve, y si no la hubiera tejido quizás la historia hoy sería otra. Y otro factor que tuve a favor, es que siempre tuve facilidad para ignorar la autoridad de otros.

¿Por qué el patriarcado insiste en patologizar el puerperio? ¿Por qué existe tal empeño y se dedica tanta ciencia a desarrollar más y más fármacos que anestesien y amainen este caudal de conocimiento y potencial transformador? Porque para el patriarcado, la mujer es peligrosa. Pretende coartar las decisiones sobre nuestro cuerpo, usurpar nuestros partos, sabotear nuestras lactancias y estigmatizar la libido maternal. Así como el embarazo es dirigido por la autoridad médica, y el parto, mecanizado y violentado, el puerperio es puesto como una enfermedad. Es el camino que toma la espiral de violencia. Estoy segura que habrá algunas mujeres para quien la medicación psiquiátrica es necesaria, para quien los síntomas son tan intensos que es necesario llegar a un nivel de base para poder encarar un trabajo terapéutico, pero hoy se patologiza la simple irrupción de la sombra. Una madre necesita sostén y amparo, sentirse contenida, escuchada y validada.

Somos muchas mujeres quienes estamos detectando este accionar macabro, y tejiendo nuestras redes estamos logrando resucitar a la madre entrañable y reescribiendo la historia.

Vía Deseoprimal, por Delfina

martes, 13 de septiembre de 2011

Defendiendo nuestra lactancia materna prolongada

Hemos hablado sobre la lactancia prolongada las semanas precedentes. Sin embargo, habida cuenta de que, como decía, la duración de la lactancia humana naturalmente sería de entre dos años y medio y siete años, en la mayoría de las culturas, la lactancia, como el parto o la educación de los niños, ha sido un aspecto muy intervenido por costumbres o normas muchas veces basadas en prejuicios o necesidad de control sobre funciones muy privadas.

Hoy hablaremos de formas de defender nuestra lactancia prolongada.

Dicho esto, podemos entender mejor las presiones a las que se suelen enfrentar las madres que deciden no destetar hasta que su hijo lo desee y pasan el año o los dos años siguiendo con la lactancia. Son transgresoras en una de las sociedades que menos amamantan y por menos tiempo lo hacen en la Historia de la Humanidad.

Pues, aunque el proceso esté ahora cambiando y exista mayor conciencia del valor de la leche humana, también persisten muchas ideas erradas tanto sobre si la leche alimenta a partir de cierto momento o sobre que mamar más de cierto tiempo produce problemas emocionales en los niños, todo ello falso pero creido por muchas personas.

Sin embargo, el que la lactancia prolongada sea todavía una opción minoritaria aunque creciente, las mamás y también los papás se van a encontrar con comentarios muy dañinos y quizá necesiten estrategias para defenderse.

La ignorancia es atrevida

La ignorancia suele ser atrevida y desconsiderada. Que alguien, a quien no le incumbe nuestra crianza, se nos acerca y nos da un consejo sin fundamento alguno, es una falta de respeto que no deberíamos permitir, respondiendo sin agresividad pero con claridad.

Aunque estemos vulnerables, podremos controlarnos, parar la mala educación y la falta de consideración y, como mucho, ofrecerles información actualizada o, simplemente, poner una sonrisa vacía y luego seguir haciendo lo que os dé la gana.

A veces pienso que estamos en una época en el que el “yo opino” se ha convertido en una cómoda posición que permite sostener ideas sin fundamento alguno con la tranquilidad de no considerar necesario apoyarlas en dato alguno, estudio o trabajo personal. Como mucho, es sencillo apoyar la opinión en lo que es habitual, socialmente aceptado, como si eso diera peso a los argumentos.

Cuando alguien opine sobre la lactancia teniendo claras las razones que tenemos y la información que conocemos, podemos responder a la ignorancia atrevida con educación. Pero no creo que sea bueno dejar que nadie nos pise por evitar un disgusto, ni con la vecina, la suegra o con una amiga enteradilla que parece ofenderse cada vez que nosotras amamantamos.

Una cosa está clara, quien sepa sobre lactancia de verdad no atacará la lactancia prolongada. Normalmente los ataques y comentarios desafortunados nacen de la ignorancia, cierta envidia o prejuicios sin ningún fundamento.

Cuidado con la disonancia cognitiva

En temas de lactancia es muy acusado este efecto. “Yo creo que no puede ser bueno que un niño de 3/4/5 años tome la teta, eso no es normal”, es un comentario de lo más suavito que podemos escuchar. Un comentario que nace de la falta de información y conocimientos, sin duda alguna.

En realidad, poco le vale, normalmente, a esa persona que le expliquemos que su creencia no tiene base alguna, o que le demos datos científicos sobre la lactancia humana, su duración calculada o los mismos estudios que acepta la OMS sobre cómo se relaciona con mejor salud física o incluso mayor inteligencia. Todos esos estudios serán tonterías para ella.

Pero si damos razones fundadas por las que amamantar es más sano y produce beneficios psicológicos e intelctuales incluso, posiblemente el interlocutor perciba en nuestras razones un ataque, desencadenándose la incomprensión y hasta la ira. Que decidamos dar el pecho hasta el destete natural porque estamos convencidas de que es lo mejor para nuestro hijo no significa que quien no piense lo mismo o no sepa lo mismo o no pueda hacer lo mismo sea peor madre. Se trata de nuestras razones y decisiones, nada más. Pero no siempre conseguiremos transmitir esa idea claramente.

Cuestionar si nuestro entorno social, nuestras vivencias o nuestras decisiones son las mejores es una tarea muy dura. Enfrentarte a una idea que no estás preparado para asimilar puede producir que, en vez de entendernos, quien reciba información se sienta atacado. Entendamos que eso nos pasa también a nosotros. Hay que ser sutil y delicado, asertivo, pero repito, sin dejarnos pisar.

Realmente dar razones, emocionales, personales o científicas es algo que debemos valorar en cada ocasión. Las razones que tenemos para elegir una forma de crianza o la lactancia no son asunto de nadie. Ahora, si nos dicen que se va a quedar enmadrado o que nuestra leche ya no alimenta, pues podemos defender nuestra opción. Faltaría más. A veces callamos por no tener enfrentamientos, pero dejar claro que vamos a ser respetados es importante para mantener unas relaciones justas y sanas con nuestro entorno.

Provocar disonancia cognitiva, si no es una estrategia buscada, no suele ser el mejor sistema para conseguir la concordia en estas cuestiones, aunque, si lo que buscamos es que nos dejen por imposibles e intratables, funciona estupendamente.

Realmente no hay una fórmula segura para responder a los ataques a la lactancia materna prolongada, depende de nuestro carácter y de la persona que nos haga los comentarios, pero, en general, para defender nuestra posición siembre es mejor ser educado y firme, con información y seguridad, pero con la idea clara de que nadie tiene derecho a faltarnos al respeto ni debemos consentirlo desde el primer momento.

Así que también podemos usar otras estrategias para defender nuestra lactancia materna prolongada, dependiendo de la situación y del efecto deseado.

Oídos sordos

“Si de la teta no te puede salir ya nada“. Vale, si, también podemos poner cara de boba y decir “Si, si” mientras sigues amamantando lo mismo y da estupendos resultados.

Hay quien prefiere sacarse la teta y soltar un chorro de leche, una buena demostración de que se equivocan, pero lo de asentir como si hablaran del tiempo y seguir haciendo lo mismo es una manera de evitar confrontaciones y dar a entender lo poco que nos interesan esas opiniones. Hacer oídos sordos, como quien oye llover.

La verdad es que al final, resulta mucho más sencillo evitar la confrontación y no dar información a quien sabes de antemano que no la quiere oir. Lo de hacer oídos sordos puede funcionar si las personas que atacan nuestra lactancia no son muy insistentes o las tratamos poco, pero si cada domingo en casa de la familia van a hacer comentarios antipáticos, quizá haya que decidir si dejar de ir o poner las cosas claras.

“Mejor una vez roja que ciento amarilla”

“Ese niño toma la teta de vicio” te dice tu cuñada cigarrillo humeante en la boca delante de los bebés. “Pues pásame el cigarro para que se lo meta en la boca, porque mejor que no se pueda contener de fumar a que siga mamando a una edad normal”. Habrá bronca y seguramente termines siendo la culpable, pero hay veces, en la defensa, hay que aplicar lo de “mejor una vez roja que cien amarilla”.

Resumidamente, puedes decirle a cualquiera, y siendo más fina, que puesto que criais a vuestros hijos de forma tan diferente y que tu tienes la educación de no decirle lo que piensas sobre lo que hace, le agradecerías la misma consideración. Si después de eso sigue, ya decides, o los ignoras o sacas la artillería.

Normalmente después de dos o tres cortes secos, suelen terminar por dejarte por imposible y se limitarán a ponerte verde a tus espaldas que molesta mucho menos. Hay personas con las que es la mejor solución.

“Si, pienso darle hasta que tenga bigote“. ¿Qué os van a decir si repondéis eso?

Asertividad

Hay formas más asertivas y seguramente más eficaces de encarar estos problemas. Con seguridad explicas que tomas tus decisiones muy informada. Sin atacar, ni enfadarte, ni sufrir, informas de tus límites, y puedes remarcar que tanto como tu respetas sus parcelas serás también respetada por ellos. Respetas que tenga otra opinión sobre tu crianza pero vas a seguir haciendo tus elecciones como hasta ahora. La verdad, sin más.

Si les interesa de verdad el tema les puedes pasar todos los documentos de la Organización Mundial de la Salud, la Asociación Española de Pediatría y todas las revistas científicas que quieran. Cuando se los lean, podéis hablar del tema, pero hasta entonces vas a tomar tus propias decisiones y hablaréis de otros temas. Informa, no discutas.

La decisión es vuestra y la ciencia está de vuestra parte

Hay que marcar nuestro territorio sin morder, pero sin dejar que nos muerdan, o pronto los tendremos removiendo en nuestros cajones o decididiendo sobre vuestras vidas.

Es sencillo, sobre vuestros hijos la decisión es vuestra, y además, estáis muy seguros e informados de lo que estáis haciendo. Si tenéis aplomo, seguridad en vosotros mismos y ambos miembros de la pareja sabéis crear un frente común cara al exterior, las cosas mejorarán.

Habrá quien no quiera aprender nada sobre lactancia aunque os critique, habrá quien nunca os respetará, pero, al final, mejor que piensen que eres una bruja a que traten como una niña o como un monigote. Seguridad y confianza, saber poner límites a esos adultos que no los conocen y tener claro que nadie tiene derecho a tratarte mal.

Me gusta lo de poner límites a esos adultos que todo el tiempo dicen que hay que poner límites a los demás cuando ellos no saben ponérselos a ellos mismos.

En realidad, todos estos consejos valen para los padres en cualquier otra circunstancia de la crianza o la educación de sus hijos que afronten informados y respetando a los niños, pero en la lactancia materna tiene una base muy sólida: como afirma el pediatra Carlos Gónzalez en su libro Un regalo para toda la vida:

No existe ningún límite a la lactancia materna. No hay ningún motivo médico, nutricional ni psicológico por el que haya que destetar obligatoriamente a determinada edad.

Autora: Mireia Long